Filadelfia, Estados Unidos.-El papa Francisco terminó ayer su gira por Estados Unidos en la que criticó el matrimonio entre homoxesuales, defendió a los inmigrantes y prometió ir contra los sacerdotes responsables de abuso sexual.
Su último día de visita finalizó en Filadelfia con una multitudinaria misa de clausura al VIII Encuentro Mundial de Familias Católicas, donde se estima que asistieron más de un millón de personas.
Tras seis días de gira por Washington, Nueva York y Filadelfia, el sumo pontífice argentino de 78 años hizo un llamado a la unidad, al diálogo y la tolerancia, al tiempo que pidió dejar de lado las divisiones estériles y proteger al mundo.
“El desafío urgente de proteger nuestra casa incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar”, dijo en su discurso.
Luego de finalizar la misa, el sumo pontífice se reunión con 400 líderes del Encuentro Mundial de Familias Católicas y les agradeció por ayudarlo a organizar la visita pro Filadelfia.
Matrimonio homoxesual
Previo a la misa de despedida, el papa Francisco se reunió con 300 obispos en un seminario a las afueras de Filadelfia, donde lamentó la legalización de los matrimonios entre personas homosexuales.
No obstante, pidió a los obispos a enfocar sus energías en otra cosa en lugar de quejarse. “La institución civil del matrimonio y el sacramento cristiano ya no coinciden sustancialmente ni se sostienen mutuamente”, indicó.
El pontífice también se reunió con víctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes y prometió “ir tras los responsables”. “El abuso sexual ya no puede mantenerse en secreto”, advirtió.
Francisco decidió crear un tribunal vaticano para procesar a los clérigos que encubrieron a sacerdotes pedófilos.
Manifestó que comparte su sufrimiento, su dolor y vergüenza por las heridas que les infligieron miembros del clero o colaboradores eclesiales”, según una nota.
Por otro lado, lamentó la existencia de sistemas penitenciarios que no ayudan a la reinserción de los presos, ya que “no buscan curar llagas, sanar heridas, ni generar nuevas oportunidades”.
Habló en esos términos en la prisión Curran-Fromhold, de Filadelfia, donde se reunió con cientos de presos.
