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Opiniones discutibles sobre el autismo

El Día Por El Día
Un nuevo enfoque daría al traste con los resultados alcanzados hasta ahora.
📷 Un nuevo enfoque daría al traste con los resultados alcanzados hasta ahora.

Toxinas. Un nuevo enfoque ha venido a enrarecer el ambiente al presentarlo como enfermedad. Estos tiempos. La difusión de puntos de vistas como hechos probados es un gran riesgo.

En los últimos meses, la discusión internacional sobre el autismo ha sufrido un viraje. Sectores con incuestionable poder de influencia mundial comienzan a desandar el enfoque basado en evidencia para adscribir teorías que no cuentan con aval científico alguno.

De acuerdo con estas teorías, el autismo es epidémico y se debe a “toxinas ambientales”; una enfermedad, en suma.

En tanto tal, es evitable, por lo que los recursos dedicados a la investigación han sido reorientados según esta perspectiva que, de entrada, descarta que el aumento de los casos de autismo conocidos tenga que ver con un mejor diagnóstico.

La reticencia a discutir seriamente los factores etiológicos del espectro y cualquier otra opinión distinta a la de las toxinas ambientales, viene acompañada de un retroceso en la estimación de la persona autista. Se infravalora sus capacidades y se la presenta como hace más de un siglo se presentaban todas las que tenían una condición de discapacidad: como una carga para la sociedad y para el Estado.

Quienes han seguido la evolución histórica de la discapacidad conocen cuánto ha debido lucharse para alcanzar el modelo social y de derecho que hoy prevalece, sin que esto suponga la unanimidad en el enfoque. Las posiciones comentadas son una muestra de lo que falta por lograr.

La idea de las vacunas
Hasta hace relativamente poco tiempo, figuras relevantes de la hipótesis de las toxinas ambientales sostenían que el autismo era provocado por las vacunas, una opinión desacreditada por la comunidad científica por carecer de fundamento, lo que no ha evitado su influencia, incluso en la República Dominicana.

En la actualidad, una considerable cantidad de recursos financieros están siendo invertidos en los Estados Unidos en una supuesta investigación de las causas del autismo que deberá rendir su informe en el próximo septiembre.

Décadas de investigación sobre las causas genéticas del autismo han sido descartadas en beneficio del protagonismo de cuestiones como el moho, los aditivos alimentarios y la obesidad de los padres.

No son estas ideas disruptivas. Personas de las cuales los propagandistas actuales de causas ajenas a la complejidad neurológica son herederos, sostuvieron en la década de los años cuarenta que el autismo era provocado por las llamadas “madres nevera”, distantes y poco propensas a tratar a sus hijos con amor. Como puede verse, las teorías seudocientíficas se encadenan y llegan hasta nuestros días.

Las nuevas tecnologías contribuyen con la difusión de estas teorías erradas y de los bulos que generan. En esto radica su riesgo tanto para el abordaje científico del espectro autista como para el enfoque social de derechos.

Muy probablemente, lo que sea que resulte de la “investigación” aludida encontrará un expandido eco en los medios de comunicación y en las redes sociales favorables a teorías no comprobadas o demostradamente erróneas.

Departamento de Comunicación del CAID

Las fuentes acreditadas deben prevalecer
Riesgos. Para evitar la confusión que pueden provocar las distorsiones del tema, es recomendable acudir siempre a fuentes acreditadas, desechando lo que circula por canales informales.

Aunque no establezcamos una conexión inmediata, cosas que suceden en otros países pueden equivocar nuestra manera de pensar, sobre todo cuando gozan de un poderoso respaldo político, económico y mediático.

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