Editorial

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Ministerio de la Juventud
La creación de un Ministerio (en aquel momento una Secretaría) para ocuparse de que el Estado implementara políticas de desarrollo para los jóvenes fue fruto del trabajo tesonero de muchas personas, profundos estudios y numerosos foros.
La intención, consignada en la Ley General de Juventud, consistía en que desde este se influyera para que las políticas de desarrollo de los jóvenes fuera transversal en todas las dependencia públicas.
Debía promover el emprendedurismo, políticas para primer empleo, inserción social, apoyo a los que estaban en situación de vulnerabilidad y promover que fueran reconocidos y que se les abrieran  oportunidades para lograr su desarrollo integral.
Sin embargo, muchos de esos objetivos nunca se implementaron o se fueron perdiendo con el tiempo.
El Ministerio de la Juventud se ha convertido una verdadera entelequia, a  tal grado que el coro por su eliminación cada vez resuena con mayor fortaleza.
Sus funciones se han reducido a un asistencialismo juvenil que podría desempeñar cualquier departamento de uno de muchos ministerios.
Sin embargo, eso no quiere decir que hayan desaparecido de la sociedad dominicana las razones que dieron origen al Ministerio de la Juventud.
Por tanto,  previo a la designación de un nuevo ministro o ministra, se debe repasar la razón de ser de esta dependencia.


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