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Ocho meses de espera por una cita: el drama de una madre con un hijo autista

  • Milka Rodríguez, madre de un adolescente con TEA
  • La saturación en hospitales como el Robert Reid Cabral deja a familias desesperadas que buscan respuestas para sus hijos con autismo

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Milka Rodríguez, madre de un hijo con autismo conversa con el equipo de El Día. José de León.

SANTO DOMINGO.– Cada vez que Milka Rodríguez marca el número del call center del Servicio Nacional de Salud (SNS), lo hace con la esperanza de que, esta vez, su hijo de 13 años, diagnosticado con autismo, pueda conseguir una cita más pronto. Pero la respuesta siempre es la misma: “para dentro de seis u ocho meses”.

“Yo llamo al bendito call center y le digo: ‘corazón, vengo a traer unos estudios, soy paciente de seguimiento, necesito cita para abrir’. Y lo que me dicen es: ‘tómalo o déjalo’. ¿Qué uno tiene que hacer?”, se pregunta Milka, con un tono de impotencia que mezcla cansancio y frustración.

Residente en Bayona, en Santo Domingo Oeste, su vida gira desde hace años alrededor del Hospital Infantil Robert Reid Cabral, el principal centro pediátrico del país y, al mismo tiempo, un laberinto burocrático para cientos de padres que buscan atención en neurología, psiquiatría o psicología.

Hospital Infantil Robert Reid Cabral.-salud -niños
Hospital Infantil Robert Reid Cabral. José de León.

La madre, visiblemente desesperada, explicó al equipo del El Periódico El Día que las citas pueden tardar entre seis y ocho meses, incluso para pacientes que ya tienen diagnóstico y seguimiento.


“Eso es un abuso. Ellos tienen que revisar eso, porque uno necesita saber qué tiene su hijo, darle seguimiento. Y lo que hacen es ponerte una cita para medio año después”, reclama.

Lea también: Padres de niños con autismo: entre la espada y la pared, sin cobertura de las ARS

Una fila sin fin

El Hospital Robert Reid Cabral es un centro de referencia nacional, lo que significa que recibe pacientes de todas partes de República Dominicana. Pero esa condición, en lugar de garantizar una atención más rápida, parece multiplicar los tiempos de espera.

“Y cuando uno se queja, le dicen que a veces las citas están dadas, pero los pacientes no vienen. Pero no es eso. Es que las citas son tan lejanas que muchos se cansan o los niños se descompensan antes de llegar”, narra Milka.

La madre recuerda casos aún más dolorosos que el suyo. “Los otros días vi una paciente que vino de Barahona. El niño estaba en estado prácticamente fatal. Salió la doctora porque él ya había pasado por pediatría. El caso era muy grave. Pero la doctora salió y dijo: ‘Si no está en la lista, no lo voy a atender’. ¿Tú crees que una persona, viendo la condición de ese niño, no va a hacer una pequeña evaluación? Eso duele”, dice con la voz entrecortada.

“Aquí los empleados pisotean a uno”

El testimonio de Milka no es aislado. Padres y madres que acuden al Robert Reid Cabral coinciden en que el proceso de citas y atención es una carrera de resistencia.

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Edili Arias

Periodista egresada de la Universidad O&M, apasionada por escribir sobre niñez, salud e historias humanas. Combina su amor por el periodismo con su afición por los deportes. Madre de dos niños, lo que le aporta una perspectiva cercana y sensible en sus reportajes.

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