Obvio, ahora hay más robos
Algunas personas que residen cerca de zonas donde se suelen vender artículos robados comentaban a ejecutivos de este diario que muchos de esos productos han bajado de precio y que se han diversificado.
Un principio económico elemental establece que los precios se deprimen cuando se aumenta la oferta de un producto o se reduce la demanda. En este caso no hay que hacer un profundo estudio para concluir que se trata del primer fenómeno, es decir: se están vendiendo más productos robados.
Para que eso ocurra, obvio, deben estarse produciendo más robos y se expenden con mayor libertad, lo cual a su vez revela un trabajo más deficiente por parte de las autoridades llamadas a impedir lo uno y lo otro.
Las acciones delictivas en el país se han expandido en los últimos años y no basta con la aparición de nuevas formas con el uso de la tecnología, sino que ha habido una regresión a tipos de delitos que se creía eran parte de la historia.
A los crímenes electrónicos, las estafas, asaltos, violencia producida por el narcotráfico, robos de carros o partes de vehículos, ahora hay que volver a sumar, por ejemplo, el cuatrerismo. Retornaron los robos de reses.
La población empieza a sentirse agobiada por la delincuencia en sus más diversas manifestaciones.
Hace falta el puñetazo en la mesa y detener esta ola que parece crecer de manera geométrica.