Obreros y empresarios: alas de una misma ave

Obreros y empresarios: alas de una misma ave

Obreros y empresarios: alas de una misma ave

“Colocarnos al lado de los hombres y mujeres de trabajo de nuestro país, nos declaramos defensores de sus derechos, y desde el Congreso propulsaremos mejorías para sus condiciones de vida, y sus condiciones salariales y laborales.

Así mismo reconocemos la importancia del sector privado en la producción de riquezas y el fortalecimiento de nuestra economía; nos declaramos abiertos a escuchar sus propuestas y servir de canal para la mejoría de las políticas de incentivos y condiciones de competitividad”.

Mis padres, desde pequeño, me enseñaron el valor del trabajo, y a admirar aquellas personas que se ganan la vida honestamente, por humilde que sea su labor. Con los años he visto cómo miles de personas trabajan duro sin lograr salir de la pobreza. Eso merece mucha atención.

El sector laboral de República Dominicana está desprotegido, de un lado cúpulas empresariales inescrupulosas; y del otro, organizaciones sindicales débiles, desconectadas de la masa de trabajadores, sin capacidad de acción o movilización.

Conduciendo a una realidad donde el salario mínimo no llega a la tercera parte de la canasta básica. Con una seguridad social que deja a quienes con su trabajo han forjado este país, en una condición de miseria al momento del retiro. Sin contar las constantes amenazas de reducir derechos laborales.

El trabajador es motor de la economía, su mano de obra soporta la industria. Además, mientras las ganancias de los empresarios van a cuentas bancarias (muchas de ellas fuera del país), el salario del trabajador va al colmado, la panadería, la camioneta de los víveres, etc. Generando un dinamismo que multiplica la capacidad del dinero de producir bienestar social.

Claro, para distribuir riquezas, primero hay que producirlas, y es innegable la importancia del sector empresarial, sobre todo en una economía de capital como la nuestra.

Empresariado y población deben caminar de la mano. Solo así podremos avanzar al desarrollo sostenido y distribuido.

Aspiro a un país, donde si bien algunos tengan más que otros, que el crecimiento económico se traduzca en felicidad y bienestar para todos.
Creo que no es mucho pedir. Si estoy equivocado me lo dejan saber.



Etiquetas