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No, Waldo, no

El Día Por El Día
Eduardo Gautreau de Windt
📷 Eduardo Gautreau de Windt

Waldo

Por: Eduardo Gautreau de Windt

Muchas instituciones, según quienes las presidan, pierden sus objetivos y se apartan de sus funciones. El Colegio Médico Dominicano es una entidad de carácter gremial, cuyo rol primordial es agrupar, defender y velar por los intereses y condiciones de trabajo y el bienestar de los médicos dominicanos.

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El Colegio Médico Dominicano (CMD), surgido por la transformación legal de la histórica Asociación Médica Dominicana (AMD), siempre ha estado del lado de los mejores intereses y causas nacionales, su historia es bien conocida por la mayoría de entendidos de este país, principalmente desde la contienda de abril del 65.

Este CMD, que por ley debe cumplir un rol adicional, de ser copartícipe con el Estado dominicano, siendo asesor en materia de salud, y por otro lado veedor en el seno de la Sociedad en defensa de los dominicanos, primero reitero, en materia de salubridad, y luego en cuestiones humanísticas y éticas que tenga que ver con el ejercicio de la medicina, pero siempre en defensa del Médico nacional y, por extensión, del ciudadano dominicano.

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Como médico activo y miembro de este Colegio, como ciudadano y, más aún, como seguidor de los ideales y lineamientos duartianos, aspiro y demando que el CMD cumpla el rol que le corresponde por su naturaleza. 

Muy anteriormente, de manera pública conminé al Colegio y a las Sociedades de Ginecología y Obstetricia y a la de Pediatría, a que informaran de manera pública las escandalosas estadísticas del nacimiento de los niños extranjeros ilegales en nuestros hospitales.

De manera privada, al doctor Waldo Ariel Suero, a la sazón candidato a volver a dirigir nuestro Colegio, le planteé dichos reclamos, como lo había hecho con el presidente de turno, Senén Caba.

Hago constar que con Waldo me unen grandes lazos de amistad, admiración y respaldo de su labor dirigencial, al punto que siempre le he votado y hasta colaborado activamente con dos de sus gestiones. Jamás lo he adversado.

Con él mantengo una comunicación directa, personal y fluida. En aquella ocasión me respondió amistosamente que el CMD no tenía que ver con eso.

Aclaro todo esto, para expresar mi total desacuerdo, a que ahora, el Colegio, con él como vocero, tomen partido en contra de nuestros intereses como médicos dominicanos y como pueblo.

Estoy de acuerdo que los médicos no son agentes para hacer cumplir las disposiciones migratorias, pero menos deben entorpecerlas. El Colegio Médico Dominicano no está para enmendarle la plana a las instituciones que por ley deben velar y regular la migración en nuestro país.

Las condiciones migratorias son asuntos de seguridad y de soberanía nacional. Y mal hace cualquier institución pública o privada que entorpezca La regulación de las condiciones migratorias. Hay que poner orden en este caos. Es un asunto de sobrevivencia de nosotros como nación y como pueblo.

El contener la invasión pacífica haitiana es un asunto supranacional. Quien no entienda esto atenta contra los intereses generales de los dominicanos y del estado nacional. 

Al CMD le recuerdo que ahí está la historia, que solo basta leerla. Al CMD le recuerdo que los gastos en salud no caen del cielo, salen del bolsillo de los dominicanos que pagamos impuestos.

La regulación de este desorden migratorio es un reclamo de la gran mayoría del pueblo dominicano, de los ciudadanos de a pie que están siendo sustituidos en lo laboral, que están siendo desplazados en la educación, y, clara y penosamente, en atención sanitaria, en nuestros hospitales, clínicas rurales y centros de salud, cosa que muy bien sabemos los médicos que ejercemos en esos centros porque somos lo que prestamos esas atenciones.

Incomprensible es que los dirigentes de nuestro colegio, obvien esta situación, como lo han hecho todas las últimas directivas nacionales callando y mirando para otro lado.

Ahora, que como fruto de las presiones de diferentes sectores de la Sociedad y por el clamor de muchos dominicanos el Gobierno, como administrador del Estado, está cumpliendo parcialmente su rol de preservar la soberanía del territorio y prevenir un conflicto que puede desbordar todas las condiciones existentes, hace su tarea en lo migratorio, nadie ni nada debe oponerse y obstaculizar este anhelo del pueblo dominicano.

Al CMD, a su directiva nacional, que rectifique a tiempo, dando un paso hacia atrás y se alinee con los mejores intereses del pueblo dominicano.

El problema migratorio, Waldo Ariel Suero, no es asunto ideológico ni humanístico, es un asunto histórico, de carácter político y de exclusiva competencia del Estado nacional, amparado en nuestra Constitución, nuestras leyes y las normas y regulaciones internacionales, que sirven de base para la existencia y el sustento de los estados naciones.

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