República Dominicana, sin lugar a dudas, ha logrado librarse de la inestabilidad política y la violencia que viven muchos países de América Latina y el Caribe.
Eso ha sido gracias a que los gobiernos desde hace muchos años han logrado desarrollo económico, paz social y fortalecimiento institucional.
Un trípode que ha sostenido al país y lo ha convertido en atractivo para turistas e inversionistas extranjeros.
Eso hay que preservarlo a toda costa.
Así como se ha logrado librarse de las aventuras de falsos líderes mesiánicos, se ha tenido a raya a las organizaciones del crimen organizado a pesar de que República Dominicana está en una posición geográfica que la hace atractiva para las bandas transnacionales.
El Gobierno dominicano cada cierto tiempo logra desmantelar estructuras criminales poderosas, pero surgen otras más fuertes o más diversas.
Por eso no se puede bajar la guardia.
El presidente Luis Abinader no se ha dormido en sus laureles a pesar de que las autoridades han desmantelado las principales estructuras del crimen organizado.
Reconforta escuchar su determinación de enfrentarlas en cualquier terreno, utilizando toda la fuerza del Estado aunque sea “de manera desproporcionada”, como lo afirmó en una entrevista.
