Santiago.-El acordeonista santiaguero Ñico Lora, pese a su gran legado musical como el “padre del merengue típico”, nunca vivió de lo que producía con la música, debido a que el tiempo que le toco vivir, el arte no se cotizaba como sucede en la actualidad.
“El final de la vida del maestro no fue muy diferente al que han tenido otros talentos del arte popular. Nunca pudo vivir de la composición ni de la música, que entonces andaban silvestres y por ellas no pagaban mayor cosa.
Sin embargo fue su inteligencia y su interminable genio creativo la fuente de donde se nutrieron muchos otros”, consta en el libro de la autoría de Rafael Chaljub Mejía, ‘Antes de que te vaya: trayectoria del merengue folclórico’.
El versátil músico se apoyó en el empirismo para crear composiciones que forman parte del cancionero dominicano y por retratar la identidad nacional; “le escribió a la patria, a la mujer, la cultura, a situación social y religiosa”, afirman algunos consultados por EL DÍA.
“Hubo merengues que fueron tocados por Ñico una sola vez, porque eran improvisados, y como no había grabadora ni mucho menos a la disposición del músico”, refiere la obra de Chaljub Mejía.
Muchos exponentes del genero se nutrieron del talento aventajado del cantautor cibaeño que lo ‘ visitaba’ la musa en cualquier escenario; “él era un creativo y se inspiraba hablando con la gente, se dice que escribió más de 800 temas y es el compositor más grande de la música”, afirma el saxofonista Orlando el Potro.
“El inventaba los merengues en la misma fiesta que amenizaba, se dice que ese tiempo se tocaba sentado y que Ñico rompía muchas sillas en la que tocaba”, indica el director de la Escuela de Música Mariano Hernández.
La vida de Francisco Antonio Lora Cabrera nombre real del acordeonista fue muy extensa, nació en el 1881 y cuya desaparición física fue en el 1971. Por sus aportes existen plazas en la ciudad de Santiago y una escuela de música típica en su honor.
Para el folklorista e investigador Wilson Inoa, el papá del merengue típico hizo importantes aportes a la música y fue un gran compositor del merengue típico que tuvo un impacto social, ya que los acontecimientos de la cotidianidad lo relataba y proyectaba con sus melodías. Ñico Lora, hoy por hoy se convierte en un precedente para la historia de la música típica de la República Dominicana”.
Sus composiciones más representativas del dilatado repertorio son: San Antonio, Santo Cerro, Eres la mujer más bella, Pedrito Chávez y San Francisco, La invasión del 16, Desiderio Arias, El telefonema, Loreta y Hatillo Palma, entre una larga lista que en el siglo XXI se siguen difundiendo.
El trío lo completaban el tamboreo José Rodríguez , el güirero Maroea y el saxofonista Pedro María -Cacú- Lora.
Otros datos
—1— Músico
Instrumentaba el acordeón como pocos lo hacían y fue dueño de un repentismo singular.
—2— Longevo
Ñico Lora murió el 10 de abril de 1971, a los 91 años, en el pueblo de Navarrete.
—3— Ancestro
Su abuelo Félix Lunnaux, oriundo de Francia, arribó a la isla de Santo Domingo en 1802.
*Por Fior D’Aliza Taveras