La sala de redacción de El Día es un ambiente familiar, acogedor y un lugar que ha visto crecer y alzar el vuelo a algunos de sus periodistas, pero también ha acogido el relevo generacional que brinda frescura a la labor diaria.
Al conversar con José Miguel de la Rosa, editor de Nacionales, quien tiene en sus manos la mayor cantidad de periodistas jóvenes que iniciaron a ejercer sus carreras en los pasillos de este medio, cuenta que la presencia de estos colegas longevos brinda dinamismo e innovación al trabajo diario.
“El Día se caracteriza por contar con una redacción mayoritariamente joven, sin embargo, este equipo se fortalece con la experiencia y el conocimiento de periodistas veteranos, quienes han sido una guía fundamental en la formación de nuevas generaciones”, comenta de la Rosa.
Además, resalta que esta combinación de juventud y trayectoria permite mantener un equilibrio entre frescura y rigor periodístico, asegurando que cada historia publicada sea contada con responsabilidad y profesionalismo.
Más que un editor, un guía profesional
Para crecer en el aspecto profesional, el periodista necesita de personas que le guíen en el terreno de juego, quiénes les orienten, corrijan y los pongan a practicar hasta hacerlo mejor cada día.
De la Rosa indica que una de las acciones que ha disfrutado ha sido acompañar a estos jóvenes en su proceso de aprendizaje y adaptación en el mundo laboral.
“Desde el primer día que ingresaron a la redacción, ha sido un privilegio acompañarlos en su crecimiento como periodistas. Como líder del equipo, trato de ser un facilitador, alguien siempre dispuesto a colaborar, porque estoy convencido de que el trabajo en equipo es clave para nuestro éxito”.
Como en cualquier equipo, surgen diferencias de opinión, sin embargo estas no traspasan lo profesional ni contrarrestan el ambiente de trabajo que ya tienen entre ellos, ya que han aprendido que la diversidad de criterios fortalece las discusiones y les permite mejorar la calidad de sus publicaciones.
“Sin temor a equivocarme, puedo decir que la redacción de El Día es uno de los mejores lugares para ejercer el periodismo. Quienes ingresan no solo se suman a un equipo de trabajo, sino que se integran a una gran familia».
Periodistas apegados a la verdad
El rol periodístico es una labor que conlleva veracidad, compromiso y sobre todo información clara y objetiva, sobre todo en estos tiempos. De esto es algo que el equipo de Nacionales practica diariamente en sus escritos.
“Vivimos en una era en la que la inmediatez y el impacto mediático parecen estar por encima de la veracidad. Sin embargo, en El Día tenemos claro que nuestro compromiso es con la verdad, la ética y la objetividad. En mis 13 años de ejercicio en este medio, puedo decir con orgullo que ningún trabajo de nuestros compañeros ha sido desmentido públicamente, y esto se debe a que nuestra base fundamental es el rigor periodístico: investigar a profundidad, contrastar fuentes y verificar cada dato antes de publicar», expresó.
Agregó «No buscamos notoriedad acosta de la desinformación. En un mundo donde muchos persiguen «likes”, “views” y viralidad a cualquier precio, nosotros priorizamos la confianza de nuestros lectores”, puntualiza de la Rosa.
Historias ajenas que se viven como propias
El día a día es un reto para cada redactor, pues debe llegar a la redacción dispuesto a buscar historias que contar. Algunos con fuentes ya asignadas tienen que acudir y allí, aunque escriban lo que ocurre, su vena periodística siempre encuentra una historia, un detalle que les permite contar la historia desde otra perspectiva.
Algunos de ellos cuentan parte de la experiencia que ha sido trabajar en una de las secciones de más fogueo noticioso.
La sección de Nacionales cada día se compromete no solo a hacer un periodismo de rigor, responsabilidad y objetividad, sino también que hacen su trabajo actualizado a los tiempos.
En ese sentido Dayana Acosta sostiene que esta era digital ha ampliado las posibilidades de difusión , sin embargo también presenta un desafío.
“Lo digital ofrece nuevas herramientas para la investigación, la visualización de datos y la interacción con el público. Sin embargo, también representa desafíos, como la lucha contra la desinformación y la necesidad de adaptarse a nuevas dinámicas de consumo de noticias. En este contexto, es fundamental que el periodismo digital mantenga los principios esenciales de la profesión y aproveche las ventajas tecnológicas sin perder su compromiso con la verdad”, manifiesta.
Dayana Acosta “A lo largo de mi carrera, he tenido la oportunidad de investigar temas de gran impacto social, muchos de los cuales han generado cambios importantes en la comunidad. El periodismo tiene muchas bondades, y una de las más valiosas es su capacidad de orientar y educar a la población. Cada reportaje es un aprendizaje, no solo sobre los temas que investigo, sino también sobre la realidad de muchas personas que encuentran en el periodismo un canal para hacer escuchar su voz. Algunos trabajos han sido particularmente desafiantes, ya sea por la profundidad de la investigación o por la sensibilidad del tema, pero todos han reforzado mi convicción sobre la importancia del periodismo como motor de cambio”.
Yamer Elizabeth Javier Reyes “Iniciar en plena pandemia del Covid-19 y ver por lo que atravesaban muchas familias fue impactante para mí, triste cuando veía personas que perdían un ser querido, pero también alegraba ver a otros que salían con bien del proceso. Sin embargo, la cobertura de la explosión de San Cristóbal en agosto de 2023, me marcó. Ver cómo varias familias perdieron inesperadamente a sus seres queridos fue doloroso y era difícil sacar esas imágenes de mi mente, pero ver meses después cómo las personas trataban de volver a la normalidad era satisfactorio. De ahí que siempre digo que los periodistas andamos estresados, pues “cargamos con las historias de otros en nuestros hombros, mientras construimos la nuestra”.
Dilenni Bonilla “Lo que más me apasiona de mi trabajo es estar en primera fila de donde se escribe la historia, el trabajo en equipo y ser parte de un grupo que genera una influencia positiva en la sociedad. En plena pandemia, mi editora me escribió para que cubriera un incendio en Santo Domingo Este, en el Faro. Al llegar al lugar, comencé a levantar información: varias familias habían perdido todo y buscaban entre los escombros restos de objetos que les pudieran servir, mientras los niños pequeños lloraban entre las cenizas. Yo, por mi parte, no podía contener las lágrimas, y recuerdo que una compañera me dijo: “Usa tus sentimientos y describe la situación para que llegue ayuda a esas familias”. Poco después, varias entidades públicas acudieron al lugar para brindar asistencia”.