Martin Molin, de 33 años, hizo un extraño instrumento musical de madera que crea melodías gracias al movimiento de dos mil canicas que interactúan con tambores, timbales y un vibráfono.
Molin que forma parte del grupo musical “Wintergatan” tardó 14 meses en convertir su idea en una realidad y confiesa que todavía tiene que perfeccionar el mecanismo por la cantidad de canicas que caen al suelo.