Lucía Vera de Camocim, en la costa oeste de Ceará, Brasil, llamó la atención de la ciudad al hacer realidad un sueño que tenía desde hacía 14 años: celebrar su propio velatorio estando viva.
El dueño de la funeraria, Paulo Araújo, explicó que la mujer le había presentado la idea hace cinco años y que ante la negativa, ella no se dio por vencida e insistió todo este tiempo.
Este año, el dueño de la funeraria accedió al insólito pedido de Lucía.