Muerte Súbita provoca dolor y desconsuelo

La muerte súbita es el fallecimiento de una persona que se encontraba aparentemente sana una o dos horas antes del deceso. La misma es considerada una epidemia en los países occidentales y sin duda es una catástrofe para las familias que tienen que enfrentar una situación como esta.
Un gran número de personas mueren súbitamente en el mundo, lo que la convierte en la forma más común de muerte cardíaca. Solo en Estados Unidos afecta a 400.000 personas por año, la misma no discrimina aunque es de cuatro a seis veces más frecuente en hombres que en mujeres.
A cualquier edad
La muerte súbita puede ocurrir a cualquier edad y es conocida con diferentes nombres como: muerte de cuna o muerte blanca, en recién nacidos y niños pequeños; muerte súbita del atleta cuando el deceso se produce en jóvenes adultos y adolescentes mientras realizan deportes, y muerte inesperada cuando ocurre en personas que están en plena edad productiva.
“Es más común en mayores de 35 años, y la proporción de casos incrementa a medida que aumenta la edad de la persona. Por ejemplo, por cada 10,000 personas de menos de 45 años ocurren de uno a tres casos por año, mientras que en personas de más de 75 años se presentan de 94 a 136 casos”, asegura el doctor Fernando Vidal Bett, cardiólogo-electrofisiólogo de CEDIMAT.
Aunque es más frecuente durante la realización de esfuerzo físico, puede suceder también en reposo, incluso mientras se duerme y el 90% de las veces se debe a un problema del corazón.
Las causas
Las personas predispuestas tienen mayor probabilidad de presentar esta afección, dado que la misma es el paso final de una cadena de acontecimientos que conducen al paro del corazón, que casi siempre se debe a una arritmia cardíaca.
Generalmente la muerte súbita se presenta como un ritmo cardíaco rápido: la taquicardia ventricular o fibrilación ventricular, aunque menos frecuente puede ser un ritmo cardíaco lento como la bradicardia extrema, paros, bloqueos, la asistolia o la disociación electro mecánica. Para que se produzca la muerte súbita suelen unirse varios elementos: un corazón enfermo, sumado a otras circunstancias que actúan como gatillos y moduladores.
El mayor problema
El problema número uno que se asocia con un desenlace fatal es el compromiso de las arterias del corazón y sus consecuencias: angina de pecho, infarto, agrandamiento del corazón y retención de líquido.
Otras enfermedades del corazón pueden ser las alteraciones de sus paredes como la hipertrofia , displasia del ventrículo derecho, entre otras. Aunque también puede suceder en corazones aparentemente sanos, pero con un funcionamiento eléctrico alterado representado por una especie de cortocircuitos.
“De acuerdo a la forma de presentación, algunas veces tienen síntomas y/o enfermedades relacionadas que pueden hacernos sospechar el riesgo elevado de muerte súbita, y por lo tanto permiten consultar y tomar medidas rápidas. Pero, en otros casos, alguien que parecía encontrarse sano sin ningún síntoma, puede debutar con una muerte súbita como síntoma inicial”, explicar Vidal.
Recomendación. El sobreviviente a este evento necesita un estricto seguimiento especializado
¿Se puede prevenir este evento tan frecuente?
El doctor Fernando Vidal Bett indica que CEDIMAT posee médicos especializados capaces de identificar pacientes y familias con riesgo de muerte súbita, lo que permite en algunos casos curar y en otros proteger a tiempo a la persona de alto riesgo mediante tratamientos específicos que pueden incluir la colocación de un Cardiodesfibrilador implantable que logran salvar la vida y trabajan 24 horas, todos los días.
¿Cuándo se aconseja realizar una consulta? Todo individuo aparentemente sano, pero con antecedentes de desmayos, con historia de familiares con muerte subita, o con electrocardiograma anormal, así como personas que se ejercitan de forma intensa debe realizarse una evaluacion especializada.
Por otra parte los individuos con enfermedad cardiaca conocida no deberian abandonar la medicación y es necesario que visiten al especialista para controles periódicos. El doctor afirma que todo aquel sobreviviente de muerte súbita, portador de un cardiodesfibrilador y/o resincronizador cardíaco necesita un estricto seguimiento especializado.