La cifra del Ministerio Público acerca del monto del fraude realizado en una cooperativa en Santo Domingo Oeste, nada menos que 2 mil 500 millones de pesos, deja ver alrededor de estas entidades un importante nivel de negocios al parecer con niveles mínimos de supervisión, si es que tienen alguno.
Coop Herrera, como se le identifica en el avance de expediente enviado por los fiscales a la justicia para fines de coerción, o la Cooperativa de Herrera, como la denomina la población y los socios, no es de las más grandes aunque tiene muchos años; como consecuencia, hay que imaginar la cantidad enorme de dinero que manejan en todo el país los cientos de estas entidades actualmente en operación, un dinero que en algunos casos les llega en pequeñas cantidades y en otros en grandes, muy grandes cantidades.
Accesibles
Desde luego, el atractivo de las cooperativas les llega por la relativa accesibilidad. Son más fáciles de llegarles que un banco y están un paso más arriba que un “san” y hasta donde se sabe, la supervisión corre por cuenta del Idecoop, con un funcionario designado por enganche político.
Hay de todo
Pero el acceso, como en el “san”, está condicionado a que la persona sea parte de la sociedad, hay que ser socio para poder beneficiarse de un préstamo para un asunto personal o para una inversión, por ejemplo.
Y en algunos casos corre la fama de algunas de ellas y se puede encontrar entre sus socios a personas de regiones distanciadas, como pasaba con Mantequilla.
