Algo más que semántica
China Continental no quiere reconocer la condición de Estado a Taiwán, de la misma manera que Taiwán insiste en que ella es la verdadera República de China. Difícil situación para ambas partes, pero principalmente para Taiwán, porque se trata de un enfrentamiento al estilo de David y Goliat, pero con un Goliat que en este caso mantiene permanentemente más de mil misiles apuntando hacia Taiwán, listos para ser disparados en cualquier momento.
El presidente taiwanés Ma Ying-jeou ha comprendido que la política de enfrentamiento que han practicado los anteriores gobernantes de la isla no ha dado resultado ni conduce a ninguna parte. Por eso ha cambiado de táctica, implantando una tregua diplomática que ahora permite una serie de intercambios entre las dos China.
Tuve la oportunidad de participar en la rueda de prensa que el presidente Ma Ying-jeou concedió la semana pasada a periodistas internacionales en la sede del Gobierno taiwanés.
En esa ocasión el estadista explicó cómo las dos China han arribado a acuerdos de todo tipo de intercambios amistosos aunque cuidándose bien de utilizar siempre la palabra acuerdos y no tratados, porque ésta última implica que hay dos Estados, mientras que un acuerdo es un arreglo menor que se puede concertar hasta entre entidades no oficiales y personas particulares.
¿Cuestión de semántica? No. La estrategia de Ma va mucho más allá. Los resultados de su política están a la vista. Y las tensiones han bajado considerablemente.
Aunque, entre las personalidades que tuvimos el privilegio de saludar, ninguna se arriesgó a vaticinar si se ha iniciado ya el camino que habrá de conducir a una convivencia definitiva de mutuo respeto, todo parece indicar que faltan pocos años para que se logre ese objetivo.