Miguel García lleva más de tres décadas “pedaleando” una Singer

Miguel García lleva más de tres décadas “pedaleando” una Singer

Miguel García lleva más de tres décadas “pedaleando” una Singer

Santo Domingo.-Los pies de Miguel García ya   ruedan sólo sobre la base de una descontinuada máquina Singer, cosiendo faldas plisadas y pantalones, que en ocasiones no sabe a quién se los venderán.

Aunque convencido de que la tradición de coser se perdió hace mucho tiempo y que su máquina está relativamente “fuera de serie”, él mantiene la pasión por este oficio.

De sus 54 años de edad lleva 35 “pedaleando” sobre uno de esos antiquísimos artefactos mecánicos, sustituidos hoy por otros eléctricos con múltiples funciones.

“Mi comparonería de juventud e interés de tener muchas ropas bonitas me hizo desacatar el deseo de mi  madre de que estudiara mecánica y me incliné por esto a los 15 años en la calle   Julio García del sector Bancola”, narró.

El famoso sastre Miguel Aristy, fallecido, le enseñó ese quehacer, lo que permitió a García trabajar por largos años en zonas francas,  pero el cierre de estas lo hizo retornar a la confección de uniformes  escolares en una pequeña tienda propiedad de Rafael Durán.

Aquí, desde muy temprano, empieza su faena en la que sabe confeccionar hasta 200 faldas, si hay demanda, a un costo de 35 y 40  pesos la unidad.

Las mismas se venden a 250 y 300 pesos.

No lleva la contabilidad exacta de las unidades,  no obstante, asegura que desde que las ponen en exhibición se las llevan poco a poco, especialmente  estudiantes de las escuelas públicas, donde es una tradición su uso.

Afirmó que nunca ha tenido un taller de su propiedad y pese a que le gustaría lograr ese sueño  piensa que es muy tarde, porque no tiene recursos para esa inversión.

Al margen de esa situación, García siente la satisfacción de que  en base a su trabajo ha podido   ayudar a sus hijos a estudiar, una de ellas graduada de Ingeniería.  De ahí, que sí tuviera que elegir nuevamente qué trabajar  volvería de nuevo a ser sastre.

Admiradores

En el transcurrir del día Miguel García, que inicia su faena a las de 8:00 de la mañana hasta el mediodía y a partir de las 2:00 p. m, hasta las 6:00 p. m., siempre que no haya mucho trabajo recibe algunos admiradores.

Uno de estos es el niño que le acompañaba cuando EL DÍA se detuvo a indagar respecto a este casi inusual oficio.

El sastre, apasionado con su quehacer reflexiona y agrega: “Olvídese, que para mí coser no pasará nunca de moda”. En efecto, siempre que los colegios y escuelas de La Romana conserven la costumbre de hacer uso de las faldas, Miguel tendrá costura “pa’ rato”.

Ojalá y que por lo menos al final de sus años logre el sueño de tener ese pequeño taller, bien equipado, como desearía para seguir con su ‘centímetro’ a cuesta, tijeras en manos y sus piernas ejercitándose mientras los pies  pedalean sin parar hasta ver terminadas las faldas y pantalones.