Microgerencia en el tránsito

Microgerencia en el tránsito

Microgerencia en el tránsito

La queja por el caos en el tránsito ya forma parte de las conversaciones cotidianas de los dominicanos que en esa materia prefieren ver la paja en el ojo ajeno sin mirar la viga en el propio.

Basta con darse una vuelta por las congestionadas calles de nuestras urbes para comprobar lo que tenemos mucho tiempo diciendo: por lo general delante de cada tapón hay una imprudencia o una violación a las normas de tránsito.

Empezando por los dobles parqueos y a veces hasta triples parqueos en vías de dos carriles.

Esa se ha ido constituyendo en la norma en casi todos los sectores de la capital y, por supuesto, una de las principales causas de los tamponamientos de las calles internas.

En las avenidas también ya es norma tomarse los carriles centrales para doblar a la izquierda, obstruyendo al que está esperando su turno para hacer el giro correcto, detenerse en medio de los cruces en las intercepciones para no darle paso al que va en las calles que cruzan, los choferes de vehículos de transporte público se paran donde quieran y como quieran.

La lista de imprudencias es larga.
Le invitamos a que haga el ejercicio de que cuando esté en un tapón indagar el causante. Se topará con la confirmación de lo que aquí le comentamos.

No quiere decir que esa sea la única causante, pero sí es bastante frecuente.
Resolver esa parte no requiere grandes inversiones, sino la simple determinación por parte de las autoridades de hacer cumplir las normas e imponer las sanciones establecidas.

La solución a esos aspectos está en poder de los ciudadanos que podrán hacer las correcciones por educación o por sanción.
Pero preferimos seguir mirando la paja en el ojo ajeno y no revisar la conducta del ciudadano y la indiferencia de las autoridades.



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