En medio de tantas situaciones indeseables que se presentan en este final de año, como lo son la inseguridad ciudadana, las discusiones en torno a la sentencia 183 del Tribunal Constitucional, la debilitación del sistema de partidos políticos y el crecimiento de la corrupción protegida por la impunidad, para citar sólo unas cuantas, emerge escoltada por los mejores augurios la buena acogida que amplios sectores sociales brindan a la propuesta para mejorar la calidad del magisterio escolar.
Es reconfortante advertir que entre decenas de miles de propuestas planteadas para arribar al Pacto por la Educación con la participación de las más representativas entidades nacionales, existe un casi total consenso en el sentido de que lo más importante en dicha área es el mejoramiento de la calidad docente.
Es hora ya de pasar de la palabra a los hechos. Todo el mundo dice estar de acuerdo en que la llave del desarrollo es la educación, pero a la hora de hacer aportes en ese sentido, son pocos los que salen al frente para cooperar con tales propósitos.
Nuestra esperanza es que, en una forma u otra, todos nos involucremos en la gran campaña de la educación, comenzando por formar mejores maestros.