Más recursos, mejores gobiernos locales fronterizos

Más recursos, mejores gobiernos locales fronterizos

Más recursos, mejores gobiernos locales fronterizos

Víctor Feliz

Parecería un desafío nuestro o una necedad seguir tocando este tema de manera reiterativa. Quizás algunos lo vean como lo segundo, pero realmente prefiero que todos lo vean como lo primero: un desafío.

Desde hace más de una década y de manera sostenida han venido creciendo los ingresos fiscales como producto de las actividades económicas en los municipios fronterizos, obviamente esto se debe fundamentalmente a la formalización de los pequeños y medianos comercios que allí se desarrollan.

No es menos cierto que los recursos que reciben los ayuntamientos y juntas de distrito también impactan de manera favorable entre sus habitantes, como al igual lo hacen los demás que llegan a través del gobierno central. La mayoría de los empleos formales de la zona, por no decir todos, son empleos del sector “estatal”.

El crecimiento al que nos referimos parecería ser simples estadísticas o cifras, si lo comparamos con la calidad de vida de esos habitantes fronterizos, la cual va en franco y evidente deterioro. Pero como no soy economista, me referiré a datos y así poder analizar con objetividad nuestra propuesta.

El 0.35 % de los recaudos del total nacional del gobierno provienen de esa geodemarcación, es decir, menos de la mitad de un 1%.

De esa cifra el 45 % se genera en Montecristi, el 42 % en Santiago Rodríguez y el resto en las demás provincias de la región. Para que tengamos una idea más clara, casi el 80 % del recaudo nacional lo representa el Distrito Nacional. De ahí es que intuimos que la calidad de vida en esas poblaciones dista mucho del crecimiento económico que adornan informes oficiales.

Se ha demostrado un empeño en realizar grandes inversiones con fondos estatales en los últimos dos años, cosa que si bien es cierto no es exclusividad del gobierno de turno, hay que destacar el esfuerzo que se realiza.

Pero tendría mucho más sentido procurar eliminar la economía de subsistencia, que es el “pan nuestro de cada día” por allá. Esta fuerte inversión está concentrada en la construcción de infraestructuras que preservan la soberanía y evitar no sólo el tráfico ilegal de personas, sino también temas como el narcotráfico, armas y otros más; cosa que es importantísima y la valoramos en su justa dimensión.

Pero es de nuestra preferencia que, en vez de hacerle llegar recursos a los ayuntamientos y juntas de distritos a través de diferentes instituciones del Gobierno Central, les lleguen por medio de la ley que rige la materia de las transferencias directas a las arcas municipales.

Si para el año 2023 se decide darles a los gobiernos locales de la zona fronteriza el monto que le correspondería a estos, apenas llegarían a menos de mil quinientos millones de pesos, cifra que se traduciría en bienestar directo a los empleados municipales, pues dispondrían de un sustancioso aumento en sus exiguos salarios; además, el presupuesto para pequeñas obras municipales (encache de cañadas, badenes, paradas, ampliación de mercados, centros comunales, etc.) se duplicaría.

Lo más importante es que serían aportes regulares y no dependerían de la voluntad coyuntural de gobernantes o funcionarios. Con esto se podría hacer una real planificación a mediano y largo plazo, evidenciando un bienestar colectivo y permanente de nuestros conciudadanos que viven es esa remota zona.

*Por Víctor Féliz Solano