Cuando alguien se imagina una prisión piensa en un lugar gris, triste, opresivo… Nada parecido a Bastøy, una cárcel ubicada en una isla de Noruega donde los presos pueden estar al aire libre, ir a tomar sol a la playa, descansar, andar en bicicleta y hasta ir al supermercado a realizar las compras.
Este instituto penitenciario tiene como política tratar a los prisioneros con todo el confort que sea posible. Allí, los convictos son alojados en cómodas cabañas de madera y tienen acceso a una cocina equipada con todo lo necesario para preparar manjares.