¡Manos a la obra!

¡Manos a la obra!

¡Manos a la obra!

La suspensión de por vida y el despojo de sus siete títulos del Tour de Francia  al pedalista estadounidense Lance Armstrong, es la sanción más ejemplarizadora que se ha aplicado en las últimas décadas.

Es para que no vuelva a repetirse nunca jamás, después de determinar que empleó sustancias ilegales para obtener sus triunfos.

Penalizaciones de esa envergadura deben aplicarse también a quienes estafan en sociedades pobres como la nuestra. A esos maleantes de saco y corbata hay que erradicarlos definitivamente, para que no continúe el festival de estafas sin penalizaciones que se han producido históricamente.

No es justo que individuos, no importa su  condición, social, económica y política, se burlen olímpicamente de millones de ciudadanos, llevándose en sus bolsillos recursos que deben ser invertidos en planes de desarrollo.

La sanción de Armstrong debe ser “calcada” en todos los estamentos de esta sociedad, para evitar que continúe el desfalco descarado de los pocos recursos del Estado. Así debe ser, si realmente “se quiere hacer lo que nunca se hizo y arreglar lo que está mal”. ¿Qué les parece?  ¡Manos a la obra!



El Día

Periódico independiente.

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