BAMAKO, Mali.-Más de un millar de personas se manifestaron este lunes en Bamako para decir no a la junta que tomó el poder en Mali, amenazado en el norte por el avance de los rebeldes tuaregs y de grupos islamistas armados.

Señal de que los golpistas están aislados internacionalmente, el Consejo de Seguridad de la ONU condenó «firmemente» este lunes el golpe de Estado militar del 22 de marzo y exigió que los «soldados amotinados contra el gobierno democráticamente electo» del presidente Amadou Toumani Touré vuelvan a sus cuarteles.

Militantes y simpatizantes del «Frente Unido para la Salvaguarda de la Democracia y de la República (FUDR)», creado el domingo e integrado por algunos de los principales partidos, se congregaron sin incidentes en la capital malí.

«Sanogo, ¡lárgate!», gritaba la muchedumbre dirigiéndose al capitán Amadou Sanogo, jefe de la junta. «Liberad la ORTM», la radiotelevisión pública, añadían.

Las calles de Bamako estaban animadas este lunes, tras la reapertura de muchos comercios.

Además la junta reabrió parcialmente las fronteras aéreas y terrestres, sobre todo para permitir el transporte de bienes de primera necesidad y de carburante.

Pero el verdadero test llegará el martes, el día en el que, según los golpistas, se reanudará el trabajo en las administraciones y el sector privado.

El domingo, el Comité Nacional por la Recuperación de la Democracia y la Restauración del Estado (CNRDRE, junta) hizo una advertencia contra incidentes en la manifestación del lunes, día feriado en Mali para celebrar el 26 de marzo de 1991.

Ese día, un golpe de Estado militar liderado por Amadou Toumani Touré ponía fin a dos décadas de dictadura del general Moussa Traoré, tras una revuelta popular. ATT, como se le conoce, entregó muy pronto el poder a un régimen civil antes de ser elegido democráticamente en 2002.

El golpe de Estado del 22 de marzo pasado suspendió el proceso político en el país, a escasas semanas de elecciones presidenciales, previstas el 29 de abril.