Vivir con diabetes es muy estresante para la mayoría de las personas que la padecen, familiares y círculo de amigos cercanos. Las consecuencias de que esta enfermedad esté fuera de control pueden ser mortales.

La buena noticia es que, a pesar de que es una enfermedad crónica sin cura, se puede tener una vida larga y saludable, aun con ciertas limitaciones. He aquí algunas ideas que seguimos en los Estados Unidos según el currículo de la Universidad de Stanford.

Hay formas de prevenir o demorar las complicaciones serias. Incluso si el paciente está pasando por situaciones críticas, la calidad de vida puede mejorar. Para lograrlo, debemos primero entender que cuando tratamos con cualquier condición física o mental a largo plazo es diferente que cuando tratamos una condición aguda, algo temporal como cirugías, virus o infecciones.

En las situaciones agudas, las causas, diagnósticos, pruebas, y tratamientos generalmente son claros. Los médicos deciden qué hacer y el paciente sigue las recomendaciones. Cuando son condiciones crónicas como la diabetes todo puede ser complicado e incierto.

Otro problema es que las condiciones crónicas tienden a cambiar con el paso de tiempo; el trabajo de los médicos y pacientes debe ser de colaboración mutua como la de profesor o consejero y aprendiz.

Manejar la diabetes tiene múltiples y diferentes maneras de ser tratada porque cada individuo es diferente, cada caso también lo es. Dentro de las herramientas útiles para el manejo de la enfermedad hay que elaborar un plan a la medida de cada individuo. Por ejemplo, algunos pueden escoger la pérdida de peso haciendo cambios en su dieta y ejercicios y otros usando medicamentos.