Luis García Montero y su poesía

Luis García Montero y su poesía

Luis García Montero y su poesía

José Mármol

Con la celebración, en estos días de octubre, de Las Semanas de España 2015 y el Foro Internacional de Poesía, así como con la presencia de la exposición “Miró, pintor, poeta”, en las salas del Centro Cultural de España y el Museo de las Casas Reales, la poesía y el arte han estado de plácemes.

A ello se suma la presencia de dos figuras cimeras de la poesía y la labor editorial en España y en toda Hispanoamérica.

Se trata de Luis García Montero, poeta, novelista y ensayista, y de Jesús García Sánchez (Chus), fundador y director de la prestigiosa Colección Visor de Poesía.

La publicación en nuestro país de una antología de Luis García Montero, titulada “Yo quiero ser diciembre”, con selección y estudio crítico de Juan Carlos Abril, uno de sus más cercanos y agudos estudiosos, constituye un acontecimiento de singular relieve para las letras en el ámbito del Caribe hispánico.

García Montero es el poeta de mayor proyección, por mérito de su propia obra artística e intelectual, en toda Iberoamérica.

A este hecho se agrega la vocación de embajador de la literatura española y difusor de la poesía hispanoamericana de los últimos tiempos.

“Yo quiero ser diciembre”, más allá de abarcar un recorrido por toda la vasta obra poética de Luis García Montero, ofrece a los lectores y estudiosos dominicanos un conjunto de poemas inéditos, lo que reviste de particularidad esta publicación frente a otras de su género, tanto en España como en Latinoamérica.

El estudio introductorio de Juan Carlos Abril, poeta, ensayista, crítico y editor, es de una profundidad, envergadura y acierto que facilita al lector el recorrido por las distintas etapas de la obra poética del creador y catedrático granadino, al tiempo que destaca su valor estético, hallazgos lingüísticos, influencia generacional y universalidad.

En 1982, Luis García Montero obtuvo el Premio Adonais, con “El jardín extranjero”; un premio que, en relación con nuestra poesía obtuvo en 1952 el poeta y crítico dominicano, Antonio Fernández Spencer, de manos de un jurado presidido por Vicente Aleixandre.

En 1993, con “Habitaciones separadas”, alcanza el Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe, otorgado por un jurado que presidió Octavio Paz y que integraron Carlos Bousoño, Francisco Brines, Pere Gimferrer, Antonio Colinas, Luis Antonio de Villena y Felipe Benítez.

Al año siguiente, es galardonado con el Premio Nacional de Literatura, lo que refleja que su concepción y puesta en práctica del poema como expresión de la vida a través de un lenguaje que explora lo estético en su dimensión coloquial, vinculada a grandes maestros como Antonio Machado, García Lorca, Luis Cernuda, Juan Ramón Jiménez y Gil de Biedma, entre otros de la tradición y la modernidad españolas, habría de fundamentar, en base a una nueva u otra sentimentalidad, o bien, un nuevo modo de encarar el poema como entidad simbólica frente a la realidad y la imaginación, una vigorosa tendencia creativa de la poesía española contemporánea.

“Un realista que vive el mundo de los sueños, un/ soñador que quiere vivir la realidad” nos canta García Montero, como indicio de una poética fundacional y perdurable.

Y reconociendo que es el lenguaje la materia prima de la creación poética, como también su asunto central como problemática creativa, el poeta resuelve con este giro uno de sus temas esenciales, el amor:

“Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,/ acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma”, en el texto “El amor”, del poemario Completamente viernes (1998). A cuanta estrategia del mal motorice la decadencia del mundo actual, la poesía le sobrevivirá. ¡Bienvenidos!



Etiquetas