Luis Abinader, la cultura de la corrupción y el ejercicio del poder

Luis Abinader, la cultura de la corrupción y el ejercicio del poder

Luis Abinader, la cultura de la corrupción y el ejercicio del poder

*Por J. Alexander Pérez

Desde que el presidente Luis Abinader inició su gestión al frente de la Cosa Pública emprendió una campaña de persecución a los abominables actos de corrupción del pasado, que por los niveles que ha alcanzado, genera sorpresa en algunos estamentos de la sociedad dominicana.

El gobernante ha mostrado una firme voluntad de perseguir la corrupción del pasado, y la que pueda asomar en su administración, porque ya varios de sus funcionarios han sido separados de sus cargos por algunas sospechas.

En varios trabajos que publicamos en el pasado, habíamos sostenido que el tema de la corrupción viene y se va en los momentos de campaña electoral, como se pone el pavo de moda en navidad, que se pasea por todas las mesas y cuando entra el año nuevo nadie lo recuerda.

Desde los albores de sus aspiraciones el presidente Abinader ha sido coherente en su discurso de transparencia, a tal punto que el 31 de enero del 2016 dijo en Santiago: “le propinaremos una derrota contundente a la corrupción, la impunidad y la inseguridad ciudadana que permite el gobierno de Danilo Medina”.

Luego, el 22 de agosto del 2019, el hoy gobernante prometió que de ganar las elecciones del año siguiente erradicará la corrupción y la impunidad, porque sustraen recursos públicos necesarios para mejorar la calidad de vida del pueblo en general.

El 24 de enero del 2020 añadió: “de llegar al poder eliminaré la «maraña de obstáculos» a la inversión que empujan a la informalidad a quienes desean hacer negocios y ahuyentan a empresas que buscan invertir en el país; una licencia de construcción a nivel internacional tarda 60 días en ser aprobada, en República Dominicana se necesitan 180 días; las aprobaciones para abrir un hotel son de 6 meses en otras naciones, en tanto en el país 2 años; lo peor es la cantidad de sobornos y peajes que exigen los funcionarios corruptos”.

El Dr. Franklin Almeyda en medio de la campaña el pasado año expresó suspicacias de las razones por las cuales Danilo Medina trataba de retener el poder a cualquier costo.

Mientras que, el hoy presidente del PLD y sus bocinas mejor pagadas, desde la pre campaña interna de esa organización, insistieron en que Leonel Fernández quería retornar al poder para perseguir a los Medina Sánchez.

Entonces!!!, por qué el presidente Abinader se abrazó temprano a un discurso de transparencia?, porque el país se había degradado en forma preocupante en los índices de percepción de la corrupción que hacen organismos internacionales.

Los funcionarios miembros del Comité Político del PLD hablaban en público y en privado de los millones que tenían en sus carteras, cual si fueran “los Bill Gates made in Dominican Republic”, cosa esta que causa escozor en la humildad dominante del pueblo, que le llevó a asestarle una derrota contundente a Danilo Medina y sus aláteres.

El temor mismo que mostraba el Danilismo gobernante de perder el poder se sustentó en que los niveles de corrupción en esos 8 años se habían desbordado, porque la mas alta esfera de poder se había constituido en un circuito cerrado de saqueo al erario.

Parecía que Danilo Medina trataba de repetir el acuerdo firmado por Cristóbal Colón con los Reyes Católicos, (las Capitulaciones de Santa Fe), que le confería el título de virrey y almirante del océano; privilegios, (hereditarios a sus descendientes, como el 10% de las ganancias que se obtuvieran).

Cualquiera que escuche o vea los programas de radio y TV financiados en el pasado gobierno, (todos aún bien pagados con recursos públicos), podrá escuchar que tratan de desacreditar la campaña contra la corrupción hablando de persecución política.

Nada mas falso, la carrera de la procuradora Mirian Germán en la judicatura habla por sí misma; la sub Yenni Berenice mostró la misma actitud que tiene ahora en el 2004, y después del 2012, es decir, ha sido coherente como ministerio público.

En el expediente de la Operación Anti Pulpo, el juez de instrucción José Alejandro Vargas lo declara complejo, porque desarticula un entramado delictivo encabezado por Juan Alexis Medina Sánchez, otros familiares y allegados.

La segunda avalancha contra la corrupción fue la Operación Coral, encabezada por el hombre de mayor confianza en el círculo íntimo de Medina, el mayor general Adams Cáceres.

La pesquisa en la Cámara de Cuentas en el mes de febrero persigue a los directivos de ese entonces, junto a varios funcionarios, por delitos de corrupción administrativa, obstrucción de la justicia y lavado de activos.

Por la Operación Medusa disponen medida de coerción de 18 meses de prisión contra el exprocurador Jean Alain Rodríguez Sánchez, cabecilla de una red que malversó al menos 6,000 millones de pesos de los contribuyentes.

Estamos hablando de cuatro casos, aunque cabe recordar que la Procuradora General de la República ha dicho que tienen cerca de 500 expedientes en investigación, un hecho sin precedentes en la historia política de la nación.

El ministerio público con esta cruzada contra la corrupción se ha ganado el respaldo, respeto y apoyo de las entidades de la sociedad civil, empresarios, sindicalistas, Estados Unidos, Unión Europea, OEA y otras instancias nacionales y extranjeras que velan por un ejercicio de transparencia en la administración de los bienes públicos.

Sin lugar a dudas, es evidente que el gobierno de Danilo Medina y el Comité Político del PLD se constituyeron en una corporación mafiosa con el exclusivo y único interés de desfalcar el Estado, y frente a un hecho de esta naturaleza no se puede hablar de persecución política, mas bien de política de persecución contra el desfalco al erario.

@alexandrperez