Los precios

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Los precios

Era de suponerse que con la eliminación de miles de cerdos por la presencia de la peste porcina africana en numerosas provincias se produjera la demanda de ese tipo de carnes y aumentara de la otras.

Las leyes del mercado son muy predecibles en materia del juego de la oferta y la demanda. Esta no iba ser la excepción.

No había que dar muchas vueltas para concluir que la carne de cerdo bajaría de precio y que subiría la de los otros tipos, en este caso las de pollo y la de res.

Tampoco hay que dar muchas vueltas para llegar al paliativo ante las alzas de las carnes de pollo y de res: aumentar la oferta en la misma o mayor proporción que lo que se ha elevado la demanda y eso solo se logra produciendo más localmente o importando desde mercados que tengan excedentes.

Los productores de pollo y res, por supuesto, se resistirán a las importaciones porque ven en los altos precios una oportunidad de tener mayores ganancias.

En los últimos días se observa que los precios del pollo empiezan a descender como consecuencia de las autorizaciones para importar.

La ventaja de las leyes del mercado es que te dicen con claridad cuándo otros factores inciden en los precios, como por ejemplo, la especulación.
Pero sigamos con la oferta y la demanda en su estado puro. Otros productos agropecuarios están siendo impactados por esa dinámica. Los plátanos están a muy bajos precios, pero los vegetales muestran alzas.

Muchos de los vegetales que muestran aumentos de precios son de ciclos cortos. Y en estos casos más que importaciones, las autoridades de Agricultura están llamadas a propiciar el aumento de la cantidad de terrenos sembrados y dinamizar los mecanismos de distribución.

Estas son medidas al alcance de las manos. En otros casos, como en el de los commoditis como sorgo, soya y maíz (con los que se producen grasas y harinas), solo nos queda seguir apostando a que los mercados internacionales presionen a la baja.



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