Los jóvenes dominicanos tienen ofertas de empleo, pero les falta capacitación

Los jóvenes dominicanos tienen ofertas de empleo, pero les falta capacitación

Los jóvenes dominicanos tienen ofertas de empleo, pero les falta capacitación

Panamá.- Centroamérica, República Dominicana y México enfrentan la contradicción entre la demanda de talento juvenil y el desempleo para ese segmento de la población, debido a la insuficiente formación o al desinterés, según un estudio de la firma estadounidense de recursos humanos Manpower presentado hoy en Panamá.

El estudio «#yoemprendedor”, expuesto por el director de Operaciones para Centroamérica y República Dominicana de la empresa estadounidense, Alberto Alesi, arroja luces sobre el divorcio que existe entre la educación formal y las necesidades de conocimiento que demandan los actuales trabajos.

El 35 % de las empresas en la región bajo estudio “no consiguen el talento necesario para cubrir sus plazas”, pero al 23 % de los jóvenes tampoco les interesa obtener un trabajo remunerado, detalló.

Alesi especificó que, a diferencia del mercado anglosajón, apenas el 19 % de las empresas le explican al joven “las razones por las que no lo contratan, o le dicen que le hace falta para completar el perfil deseado».

“Las empresas buscan habilidades, o sea, conocimientos más experiencia, actitud, valores, adaptabilidad”, mientras los jóvenes valoran “respeto, honestidad y disposición” y la “lealtad” no es una de esas características preponderantes, pues existe “mucha movilidad laboral».

Denominado también la encuesta Motores de Empleabilidad en Jóvenes, el estudio se aplicó en 2013 a 996 organizaciones de diferentes sectores y a 11.116 jóvenes entre 18 y 30 años.

El 38 % de los jóvenes dicen haber sentido “discriminación laboral” de parte del empleador “por razón de su edad”, mientras 60 % la percibió por “falta de experiencia”, 7 % por “falta de conocimientos” y también el 7 % por “apariencia física».

El 27 % de las mujeres jóvenes sintieron discriminación por falta de conocimientos, en contraste con el 8 % de los hombres. Mientras tanto, el 50 % de las empresas sienten desventaja por “falta de madurez” si contratan jóvenes, el 44 % por “falta de experiencia” y el 39 % por falta de “compromiso».

El 57 % de las ofertas laborales a las que aplicaron los jóvenes resultaron en un rechazo por parte de la empresa. En contraste, el estudio revela que “el 51 % de las empresas cuenta con programas formales para contratar a jóvenes y apoyarlos para iniciar su vida laboral y adquirir experiencia”, mientras 76 % de los jóvenes “considera que quien participa en un programa de este tipo tiene mayor oportunidad de obtener un empleo». Solo el 28 % de las empresas reportó que más del 50 % de sus contrataciones de los últimos dos años han sido jóvenes.

Alesi detalló que “uno de cada diez jóvenes desempleados, no tiene interés en aplicar a una oferta laboral” y 73 % de los jóvenes que trabajan “se encuentran en búsqueda activa de otro empleo».

Mucho de esto se debe a que no tienen urgencia económica, o a que prefieren empresas “verdes” y con un alto compromiso con la responsabilidad social.

Además, reconoció que la llamada “Generación Y” y los “nativos digitales” muestran actitudes frente al trabajo diferentes a sus antecesores y que, en un principio, los jóvenes no se plantean el tema salarial como lo más importante al iniciar en un nuevo trabajo, que eso viene después, cuando adquieren destrezas en el mismo.

Otra característica es que la permanencia es de un año y medio, porque “se aburren” si no hay incentivos en la labor diaria, que no son monetarios necesariamente, sino el ambiente de trabajo, la oportunidad de capacitarse más, afrontar retos profesionales u obtener prestigio.

“Es por ello que las empresas tienen que estar listas en la curva de reemplazo inmediato” o tener un programa de permanente motivación para generar lealtad del joven para lograr que la inversión que hizo en capacitarlo no la aproveche la competencia.

Según Alesi, en Latinoamérica, en general, hay disposición en el Estado de adaptarse a las demandas de formación que le sirve a las empresas, pero la dificultad es ponerse de acuerdo, por lo que en muchos casos las organizaciones no gubernamentales o agencias de cooperación internacional o de la ONU han asumido el rol de ofrecer esa capacitación para el trabajo. 



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