Los comensales comenzaron a llegar temprano. Hubo que adicionar sillas a las acostumbradas porque los muebles se llenaron más rápido de lo habitual.
Y los dos anfitriones, que ni siquiera escuchan las conversaciones, estuvieron más abundantes que nunca en las atenciones.
Era la reunión de la “OTAN”, sigla con que se ha bautizado a la estructura informal de una parte mayoritaria de la cúpula del Partido de la Liberación Dominicana, que opera desde 1999; y que ahora la usan como brazo político para llevar posición a reuniones, como la de anoche, del Comité Político (CP).
Desde que Danilo Medina ganó la Presidencia de la República, en agosto del año 2012, no hay disensos, todos respaldan al “Danilismo” en esa estructura.
Ese mismo año, se dejó fuera de las convocatorias al “Leonelismo”, entre ellos a Rafael Alburquerque, Bauta Rojas, Alma Fernández y Rafael Camino. Se sumaron otros fieles del Jefe del Estado, como Carlos Pared Pérez, Rubén Bichara, Miriam Cabral, Gonzalo Castillo y Simón Lizardo.
Otra “víctima” fue Ramón Rivas, quien por el hecho de no pertenecer a la élite del CP quedó fuera, a pesar de la insistencia en contrario de su amigo Francisco Javier García.
Esta vez no hubo muchos preámbulos, y rápidamente discutieron el tipo de municiones y el calibre de las armas políticas a utilizar en la reunión, que en horas iba a celebrar el CP.
Se “blindaron” estratégicamente, tras acordar que la magnitud del ataque dependería del accionar del convocante de ese organismo, Leonel Fernández.
No hubo tensiones. Al momento de pasar a la mesa rectangular, en la sala colocada al frente, ya se había invocado al dios Baco o Dionisio, para que enviara alegría.
