Los 4 fantásticos que alimenta la concentración y memoria antes de los éxamenes escolares

Al hablar de concentración y memoria la recomendación obligada es una alimentación equilibrada equilibrada, el omega-3, los cereales integrales y la vitamina B12, los cuatro fantásticos que marcan la diferencia en el rendimiento académico durante la selectividad, pues alimentan la concentración y memoria.
Así lo afirma Patricia Martínez, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y dietista-nutricionista, quien subraya que los buenos hábitos deben comenzar meses antes de los exámenes o durante todo el año escolar.
Una alimentación equilibrada es clave para rendir bien en los exámenes de acceso a la universidad, pues el cuerpo y el cerebro necesitan el combustible adecuado para mantenerse activos, concentrados y con energía.
Martínez afirma que no se trata de hacer una dieta puntual, sino de establecer hábitos saludables sostenidos en el tiempo.
“No podemos pensar que existe una dieta especial para activar el cerebro de un día para otro. La alimentación adecuada debe formar parte del estilo de vida del estudiante desde semanas o meses antes”, subraya.
Alimentos que potencian la concentración y memoria
Durante la época de exámenes, cuando el cansancio y el estrés suelen ser altos, es fundamental consumir nutrientes que favorezcan el rendimiento cognitivo. Entre los más recomendados, destacan:
- Ácidos grasos omega-3 y omega-6: esenciales para el funcionamiento cerebral. El omega-3 se encuentra en el pescado azul (como el salmón o las sardinas), y el omega-6 en semillas (chía, lino) y frutos secos.
- Vitamina B12: presente en carnes magras y quesos, ayuda a mantener la velocidad mental y evita la fatiga.
- Flavonoides: en frutos rojos y chocolate negro (mínimo 70% cacao), activan áreas del cerebro como la corteza prefrontal y reducen el daño oxidativo.
- Carbohidratos complejos y proteínas: como cereales integrales, avena, quinoa, huevos y pan de cereales. Aportan energía sostenida y mejoran la concentración.
Además, estudios científicos avalan que estos nutrientes deben consumirse de forma regular al menos durante 8 a 12 semanas para notar efectos reales en la memoria, la atención y el rendimiento general.
La planificación alimentaria también incluye el día del examen. Según la experta:
- La noche anterior, conviene incluir carbohidratos como arroz, pasta o patatas con una fuente de proteína, y evitar cenas pesadas.
- En el desayuno, es recomendable incluir frutas, frutos secos, pan integral, aguacate y proteínas como el huevo.
- Durante los descansos entre pruebas, se aconsejan tentempiés ligeros, como una pieza de fruta, chocolate negro o un puñado de nueces.
Y una regla básica: nunca saltarse comidas, ya que esto puede provocar bajadas de energía y concentración.
Hidratación y bebidas: lo que sí y lo que no
El agua debe ser la principal fuente de hidratación, ya que hasta una deshidratación leve puede reducir la memoria y la atención, y la recomendación es llevar una botella durante los exámenes y tomar pequeños sorbos es una estrategia eficaz.
- El café, en dosis moderadas, puede mejorar el estado de alerta y el procesamiento mental.
- Evitar las bebidas energéticas con altos niveles de taurina, cafeína y azúcar, que pueden alterar el descanso y aumentar el nerviosismo. Estudios recientes relacionan su consumo con insomnio, ansiedad y alteraciones del sueño.
Más allá de la comida: dormir bien y evitar dietas extremas
La experta destaca dos pilares adicionales para un buen rendimiento:
- Dormir lo suficiente. Dormir menos de 6 horas reduce significativamente la memoria de trabajo y la atención. Además, favorece el consumo de alimentos poco saludables, generando un ciclo negativo.
- Evitar dietas extremas o restrictivas. Estas pueden provocar hipoglucemias, irritabilidad y baja concentración, justo lo que se quiere evitar en época de exámenes.
Claves para una rutina saludable
La mejor forma de preparar el cuerpo y la mente para la selectividad incluye:
- Comer de forma variada y equilibrada, con énfasis en cereales integrales, grasas saludables, frutas y verduras.
- Mantener una buena hidratación.
- Dormir bien y respetar los horarios de descanso.
- No experimentar con dietas o productos nuevos en los días previos al examen.
“La preparación académica va de la mano con la preparación física y mental. Cuidar lo que comemos, cómo dormimos y cómo nos hidratamos puede marcar una gran diferencia en el resultado final”, concluye Martínez.
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