En estos últimos días de Diciembre, quería escribir algo alusivo a la época de festejos, bebentinas, juergas, asuetos, como lo es este mes doce, y recordé un capítulo del libro Del Lenguaje Dominicano publicado en 1941 por R. Emilio Jiménez, Miembro de la Academia Dominicana de la Lengua y Miembro Correspondiente de la Real Academia Española.
En honor a ese distinguido dominicano de las letras y la cultura de nuestro país, hago memoria sobre su artículo, -LOS PALOS DOMINICANOS- ubicado en la página 149 de su joya literaria.
Nosotros llegamos a escuchar esa expresión de vamos a darnos unos palitos, o fulano de tal se dio unos palos anoche y esta grave en cama.
Emilio Jiménez explica que Palo, aquí, con significado traslaticio, es trago corto, con que solemos denominar al ron u otra bebida destilada, y en el tiempo de fines de año, regularmente, es cuando más dispuesto se halla todo el mundo a la expansión.
Describía que estas bebidas aturdían a quienes las ingerían, como si al bebedor le hubiesen dado unos palos de verdad en la cabeza.
El maestro decía que era tan característico el uso de ese vocablo en nuestro vocabulario que hasta un ron dominicano, lo bautizaron con el nombre de Palo viejo. Si, es la misma bebida destilada que hoy se vende con la etiqueta de un señor sirviendo un trago o palo y la cara de gato de la compañía, se expende en su versión llamada popularmente bíper.
El dominicano habla en estos momentos de decocotar un pote, cuando es ron o wisky; los mas jovencitos hablan de Vamo a darno el real jumo, pero eso es parte de la variedad que toman nuestros códigos vernáculos para expresarnos, como sucede en todas las lenguas del mundo.
No tratamos de hacer un trabajo lexicográfico hoy, solo deseamos que en este fin de año y comienzo del 2013, tengamos unas fiestas en paz con Dios, con nuestras familias y hermanos dominicanos, y que los Palos que se vayan a dar, no sean tan fuertes como para amanecer en resaca o aturdidos. ¡Feliz año nuevo!