
El documento del Consejo Económico y Social, titulado “Informe final consolidado del Diálogo por la Crisis Haitiana y sus Implicaciones para la República Dominicana”, está en manos del presidente Abinader.
Conforme con el programa de acciones dado a conocer por este órgano, hoy a media mañana será entregado al expresidente Medina, mañana a media tarde al expresidente Mejía y el martes será puesto en manos del expresidente Fernández antes del mediodía y en la tarde el contenido será hecho público.
Cualquiera que haya estado al corriente del proceso seguido en el CES para la elaboración del referido informe debe de estar claro en que el realizado ayer en el Palacio Nacional, y los anunciados para hoy y la semana que viene, son momentos protocolares de entrega formal.
Falta esperar, y abogar, porque el esfuerzo realizado desde junio pasado se resuma en una vía práctica y general para vérnosla con los efectos de la crisis económica, social y política haitiana.
En su visita de ayer a Palacio, el CES informó que en el documento presentan “26 líneas de acción” y 151 propuestas que recogen acuerdos alcanzados durante el tiempo de diálogo y concertación entre delegados del presidente Abinader y de cada uno de los tres expresidentes, con la participación y mediación del órgano de concertación.
El país, el pueblo y la nación dominicanos derivarían inmensos beneficios del inicio de la solución, así sea parcial, de la crisis multifactorial en medio de la que viven los haitianos.
Las líneas de acción y las propuestas puestas ayer en manos del Presidente y en vías de entrega a los otros tres protagonistas no deben contener una fórmula para ayudar a los haitianos a salir del hoyo en que se encuentran.
Pero que contengan una firme referencia para las políticas que nos permitan salir ilesos sería más que suficiente.
Esto no es más que una esperanza, un poco de optimismo ante lo incierto.