Lo nuevo se hace nuevo
¿Sientes que todo lo malo que anda por ahí se te pega? Si lo sientes así, entonces es así. En el mundo de cada uno, las cosas son como esa persona las ve, sin importar cómo las visualicen los demás.
Cuando muchas cosas negativas te pasan, dicen que es porque vibras bajo, tu energía atrae personas y situaciones en el mismo nivel energético que estás.
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También está la teoría de que estás cómodamente posicionado en la víctima y nada podrá cambiar hasta que no te muevas de lugar en el tablero de tu vida.
Muy cierto es que cada momento puede traer tristezas, amarguras, dolor, pena, frustración y otros retos; eso no puedes cambiarlo, pero si puedes cambiar la manera en que lo miras y reaccionas a esos eventos.
La mayoría de las personas que viven en la victimización no se reconocen como tal.
Muchas veces piensan que no son afortunados, que les ha tocado una mala vida, y otros razonamientos que pudieron ser alimentados desde muy temprana edad y que les impiden salir de su zona de comodidad.
Aunque parezca loco es cierto que las personas pueden acostumbrarse a vivir en sufrimiento por ser esa emoción la que conocen y con la cual han lidiado por más tiempo. De ahí que aunque anhelan algo diferente no se arriesgan a hacer el movimiento interno.
Salir del victimismo tampoco es tan fácil como decirlo; requiere entrenamiento, disposición, flexibilidad, adaptabilidad y mucha perseverancia.
Pero lo primero y más difícil es abrir la mirada, aceptar que algo cumplió su proceso, que es tiempo de moverte.
Si aún estás en ese proceso de contemplación, de “¿por qué yo?» o “¿por qué a mí?”, necesitas lo que la mayoría: acompañamiento especializado, cambiar rutinas, pensamientos, amistades y crear distancia con algunos familiares. Si lo quieres nuevo, tienes que hacerlo nuevo.
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