El presidente Luis Abinader está bien claro sobre las implicaciones que tiene el debate sobre el aborto y las tres causales.
Las pasiones han desbordado la prudencia y cada sector -provida y procausales- se mueven en funciones de sus respectivas ideologías.
Es decir, que la sociedad dominicana está lacerada por las diferencias totalmente cerradas en defensa de sus creencias.
La sociedad está dividida, lo admitió el presidente Abinader, pero en el Congreso Nacional se expresan las más diversas presiones para que el Código Penal sea modificado con la penalidad del aborto y, también por otro lado, con la inclusión de las tres causales.
La falta de entendimiento radica en que no hay un mediador que conduzca a un punto intermedio, o más claro todavía, a que los sectores puedan verse las caras y ceder para un sano entendimiento en bien de la paz ciudadana.
La batalla está cerrada a muerte, sin ningún ápice de saborear la derrota. Ha faltado la voluntad del diálogo al margen de los intereses partidarios, lo que también ha incidido en que el país hoy carezca de un Código Penal.
Caso del PLD
El Comité Político del PLD se arriesga a sufrir un desplante por el tema de las tres causales, ya que hay legisladores que no están dispuestos a ceder en sus principios y creencias cristianas para levantar la mano a favor de la causa de las tres causales.
Muchos lo han dicho públicamente, pero la cuestión podría conducir a lacera más la tranquilidad que ahora se respira después de la pérdida del poder en 2020. El tema está muy cadente y conflictivo.
