Linfoma, un cáncer que no discrimina la edad, raza ni nivel socioeconómico

Linfoma, un cáncer que no discrimina la edad, raza ni nivel socioeconómico

Linfoma, un cáncer que no discrimina la edad, raza ni nivel socioeconómico

Los linfomas comprenden un diverso grupo de neoplasias hematológicas que surgen de los linfocitos, estos pueden derivar de precursores o de células maduras B o T o de células llamadas NK (Natural killers o asesinos naturales) y pueden presentarse en todas las edades, razas y niveles socioeconómicos.

Diana Ramírez, hematóloga de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), explica que los linfocitos comprenden un grupo de células que circulan en el torrente sanguíneo y en una red de canales tubulares llamados vasos linfáticos y son albergados en los ganglios.

“Los linfocitos que se convierten en malignidades, pueden mantenerse limitados solo al ganglio linfático o extenderse a la médula ósea, a la sangre, el bazo o cualquier órgano de nuestro cuerpo”, indica la galena.

Causas
La causa de los linfomas muchas veces es desconocida, pero en algunos casos puede estar asociada a procesos virales como el Epstein Barr, el virus del linfoma-leucemia de linfocitos T humano, la hepatitis B y C, el HIV (Virus de Inmunodeficiencia Humana) y el herpesvirus humano tipo 8; también se asocia a la exposición de químicos, radiaciones y algunos medicamentos.

Principales tipos
La hematóloga señala que existen dos principales tipos, linfoma Hodgkin, del cual se presentan anualmente alrededor de 8,000 casos nuevos en los Estados Unidos y el no Hodgkin, siendo este una de las neoplasias hematológicas más frecuentes, ocupando en orden de frecuencia, el sexto lugar de los tumores en general, representa el 4 % de los cánceres y el 3 % de las muertes por esta enfermedad en los Estados Unidos.

La doctora Ramírez detalla que en base a ensayos clínicos los linfomas se dividen según el subtipo histológico y el comportamiento clínico. Están los indolentes, los cuales la supervivencia sin tratamiento se extiende en años. Representan 35-40 % de los linfomas no Hodgkin.

Asimismo, de alto grado o agresivos, con supervivencia sin tratamiento en meses y ocupan aproximadamente un 50 % de los linfomas no Hodgkin. También están de muy alto grado o muy agresivos, en esos la supervivencia sin tratamiento es medida en semanas, ocupando un 5 % y los linfomas Hodgkin, su comportamiento es diferente a las otras neoplasias linfoides y generalmente tienen buen pronóstico.

Métodos diagnósticos
La galena refiere que para diagnosticarlos se utilizan pruebas de laboratorio, dentro de esas se puede encontrar alteraciones en el hemograma, tales como, anemia, plaquetas bajas, glóbulos blancos altos o bajos, calcio elevado, ácido úrico elevado, elevación de la LDH o lactado deshidrogenasa, elevación de la velocidad de sedimentación globular y la proteína C reactiva.

Otros exámenes necesarios son marcadores de virus como el HIV, las hepatitis B y C, el virus humano linfotrópico de células T o HTLV I/II. Además, estudios de imágenes, los cuales son necesarios para evidenciar las adenopatías, masas o aumento de órganos afectados.

Dentro de las imágenes están: la tomografía o resonancia magnética; otro estudio que debe realizarse en muchos de los pacientes es el PET-CT o Tomografía por Emisión de Positrones (prueba que usa una sustancia radioactiva en pequeñas cantidades, la cual es captada por el tumor), este último examen siendo de utilidad en el diagnóstico, evaluación y seguimiento durante el tratamiento de los linfomas y muchas otras entidades clínicas.

Patología
Para confirmar el diagnóstico y tipo histológico del linfoma debe realizarse una biopsia del ganglio afectado o de la masa presente, además, realizar examen y aspirado de la médula ósea (órgano en que se producen las células de la sangre), con el fin de verificar si este órgano está afectado por el linfoma, lo cual completa el estadiaje.

Estas muestras para confirmar la histología, siempre es necesario realizar inmunohistoquímica, que consiste en identificar los marcadores específicos en las células del tumor.
Plan de tratamiento
“Una vez establecido el diagnóstico por los estudios antes mencionado, según el tipo de linfoma, se establece un plan de tratamiento que consiste en quimioterapia, la cual a veces según cada caso, puede ir acompañada o no de radioterapia”, puntualiza Ramírez.
Añade que es de suma importancia en casos de sospecha, acudir a un médico especialista en hematología.

Emergencias oncológicas
En algunos casos, al momento de la presentación de la enfermedad o durante el curso del tratamiento se pueden presentar emergencias oncológicas, generalmente en los linfomas muy agresivos, por lo que es muy importante reconocerlo a tiempo y tomar acciones inmediatas, ya que esas complicaciones pueden poner en peligro la vida del paciente.



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