Santo Domingo.- El jardinero dominicano de Grandes Ligas Ramón Laureano tenía programado debutar la noche del miércoles en el campeonato de béisbol invernal dominicano con los Tigres del Licey, pero una afección gripal combinada con la suspensión del partido a causa de las lluvias impidió que esto ocurriera.

El estelar guardabosques de los Atléticos de Oakland no pisó la grama natural del estadio Julián Javier, de San Francisco de Macorís (noreste), donde los Tigres enfrentarían al equipo local, Gigantes del Cibao.

Aunque se ha descartado que esté afectado de covid-19, el conjunto azul esperará que Laureano, quien recibió el visto bueno de los Atléticos para jugar los partidos finales de la fase regular que concluirá el sábado, se recupere y pueda seguir con el equipo y su eventual pase a la ronda semifinal.

La realidad es que, jugar en el béisbol dominicano, le permitiría al jardinero recuperar a plenitud sus condiciones de juego, mientras se mantiene en una competencia de gran nivel.

El dominicano, quien fue suspendido 80 partidos por violar las políticas de uso de sustancias prohibidas en las Grandes Ligas, estuvo en solo 88 encuentros con los Atléticos y no juega en un partido oficial desde el 4 de agosto pasado.

Con el actual escenario de paro en las Grandes Ligas, Laureano (y ningún otro jugador de MLB) tiene seguridad de cuándo volverá a disputar un partido de la liga estadounidense y si podrá encontrar otro torneo que le permita ver a jugadores de alto calibre, como los que actúan en el béisbol de su país.

Lograr alcanzar el ritmo con el madero y regresar al nivel defensivo de un jugador de su clase, requiere de un espacio de juego como el que se le presenta en la liga dominicana. Aunque en años anteriores Laureano no ha tenido la necesidad de jugar en el torneo invernal para mantenerse en forma, lo cierto es que desde que logró la titularidad con los Atléticos nunca ha perdido tanto tiempo de acción y, sin una fecha conocida para los campos de entrenamiento, la oportunidad que tiene en sus manos es una que no debe desaprovechar.