Según diversos estudios, la meningitis está entre las 10 causas infecciosas más comunes de muerte a nivel mundial, ya que se le acredita aproximadamente 135,000 fallecimientos cada año.
También se estima que su incidencia anual es de 2-3/100,000 habitantes, con mayor incidencia en niños y adolescentes.
Quienes sobreviven a esta enfermedad, de acuerdo a la neuróloga Patricia Recio, de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), es común que tengan secuelas neurológicas.
La enfermedad
Recio explica que la meningitis es el término patológico de la inflamación de las meninges (las capas que cubren el cerebro y la médula espinal).
Las meninges se inflaman cuando las bacterias que habitan en la nariz y la faringe de gran parte de la población, invaden el torrente sanguíneo y alcanzan las meninges; las infecciones víricas de las vías respiratorias superiores o las infecciones de pulmón también son factores predisponentes para meningitis.
Otras vías distintas por las que las bacterias pueden llegar a las meninges son defectos del nacimiento, craneotomía, enfermedad del oído medio y de senos paranasales.
Reduce incidencia
De acuerdo a la especialista, “ciertas vacunas contra bacterias están disponibles para reducir la incidencia o la severidad de la meningitis, incluyendo la de “streptococcus pneumoniae” (neumococo), “neisseria meningitidis” y “haemophilus influenzae”, aunque ninguna de las vacunas actuales cubre todas las cepas del organismo que causa meningitis, especialmente en adultos”.
Clasificación
La neuróloga dice que las meningitis se clasifican en: bacteriana, aséptica, viral, tuberculosa y por rickettsias (hongos y parásitos).
“La meningitis bacteriana es una emergencia médica, y se deben dar pasos inmediatos para establecer la causa específica e iniciar la terapia efectiva.
La tasa de mortalidad de casos no tratados se aproxima al 100 %, incluso, con una terapia óptima existe un alto número de fallos”, destaca la especialista.
Células sanguíneas
La meningitis bacteriana es una enfermedad inflamatoria de las leptomeninges, la cual se define por un número anormal de células sanguíneas blancas en el líquido cerebroespinal.
Esta puede ser adquirida en la comunidad o intrahospitalaria (nosocomial).
Las principales causas de meningitis bacteriana adquirida en la comunidad en adultos en países desarrollados son “streptococcus pneumoniae”, “neisseria meningitidis”, principalmente en personas entre 50 a 60 años o en aquellos quienes tienen deficiencias en la inmunidad mediada celularmente, listeria monocytogenes.
Recio dice que “las principales causas de meningitis bacteriana nosocomial (adquiridas en el hospital) son causadas por gérmenes diferentes, y en casos que ocurren después de una cirugía cerebral, puede variar dependiendo si se ha dado o no antibióticos para prevenir el sitio de infección quirúrgica”.
Por trauma
Meningitis bacteriana nosocomial, según la especialista, puede también ocurrir después de un trauma (por ejemplo, trauma craneal) o después de fractura de la base del cráneo.
De acuerdo a la doctora, las pruebas sanguíneas iniciales deben incluir cultivos sanguíneos para el diagnóstico de la meningitis.
“La evaluación inicial para el manejo de un paciente con sospecha de meningitis bacteriana incluye la realización de una punción lumbar para determinar si los hallazgos del líquido cerebroespinal son consistentes con el diagnóstico’, explica.
Existen algunas condiciones que obligan a realizar una tomografía cerebral previa a la realización de la punción lumbar, como son: sistema de defensa bajo, historia de enfermedad del sistema nervioso central, convulsión de nuevo inicio, paciente en estado de coma, somnolencia y déficit neurológico focal.
Complicaciones
Dentro de las complicaciones están las neurológicas, como deterioro del estado mental, aumento de la presión intracraneal y edema cerebral, convulsiones, déficit neurológico focal, anormalidades cerebrovasculares, pérdida auditiva neurosensorial y deterioro intelectual, hidrocefalia y parálisis de nervios craneales.
“Las complicaciones sistémicas incluyen insuficiencia cardiopulmonar, hiponatremia, coagulación intravascular diseminada, artritis y endocarditis o miocarditis”, destaca.
El pronóstico de la enfermedad depende de la rapidez para la iniciación de antimicrobianos definitivos para meningitis bacteriana aguda, aunque las secuelas son comunes.
Administración de antibióticos apropiados
Existe una apreciable tasa de mortalidad asociada con meningitis bacteriana, incluso, con la administración de antibióticos apropiados.
La tasa de mortalidad de meningitis bacteriana aumenta con el incremento de la edad, aunque los resultados varían según el microorganismo causante.
Las etiologías virales en pacientes inmunocompetentes tienen un excelente pronóstico de recuperación, mientras que las tuberculosas, fúngicas y parasitarias tienen resultados variables.