Las salsas, una buena aliada de toda receta

Sin temor a equivocación, una salsa complementaria bien preparada puede transformar un plato sencillo en todo un manjar.
Las salsas potencian el sabor. Añaden cremosidad, realzan el ingrediente principal, equilibran texturas, y a menudo añaden un toque de elegancia a cualquier presentación.
Para complementar el plato existen diferentes tipos de salsas, entre las que podemos destacar: salsas de aperitivos, que servidas en una fuente de hortalizas crudas o una cesta de galletitas saladas con semillas constituyen un aperitivo de primera línea.
Salsas saladas: dentro de esta línea podemos destacar la salsa boloñesa clásica, que forma parte importante de un plato tan rico como una pasta, mientras que otras, como la salsa romesco, están pensadas para dar un toque especial.
Así encontramos salsas para untar y para aliñar, todas ellas tan deliciosas que resulta imposible dejarlas en el plato y no mojar un pan, por ejemplo.
Las bases de la preparación de las salsas abarca una gran diversidad de ingredientes, cómo carne, pescados, hortalizas o huevos, y pueden servirse con una serie de platos igual de variados.
Satay de pollo
Preparación
1. Mezcle los dos tipos de aceite y el zumo de limón en una fuente que no sea metálica. Añada el pollo, tápelo con papel film transparente y guárdelo 1 hora en la nevera.
2. Para la salsa, caliente el aceite en una sartén y sofría a fuego lento la cebolla, el ají y el ajo, removiendo de vez en cuando unos 5 minutos, hasta que empiecen a estar tiernos.
Agregue la mantequilla, el agua y el zumo de limón y prosiga la cocción a fuego lento sin dejar de remover hasta que la mantequilla se haya deshecho lo suficiente como para formar una salsa. Si prefiere una consistencia más líquida, añada un poco de agua.
3. Mientras, escurra el pollo y ensártelo en unas brochetas de madera (entre 8 y 12), ase los pinchos en una parrilla caliente o la barbacoa, dándoles la vuelta a menudo, unos 10 minutos, hasta que la carne esté hecha y dorada. Sírvalos calientes con la salsa también caliente.
Salsa de jamón y tomate
Preparación
1. Caliente el aceite y 1 cucharada de mantequilla en una cacerola grande a fuego medio. Añada la cebolla y sofría 10 minutos, hasta que esté tierna y dorada. Incorpore el jamón y saltéelo 5 minutos, hasta que empiece a tomar color. Agregue el ajo, el ají y el tomate, y salpimiente. Llévelo todo a ebullición y cuézalo a fuego medio de 30 a 40 minutos. Hasta que se espese.
2. Hierva la pasta en abundante agua con sal hasta que esté al dente. Escúrrala y póngala en una fuente caliente.
3. Reparta la salsa por encima de la pasta, añada el parmesano y el perejil y la albahaca y sirva.
Etiquetas
Artículos Relacionados