La salud de las mujeres es un tema que por lo general queda relegado por otras cuestiones. La familia, el trabajo, los temas económicos… hacen que acudir al médico sea postergado una y otra vez y solo se piense en ello cuando surge algún padecimiento.
Sin embargo, considerando que muchas personas dependen de las mujeres en su entorno, es importante cuidar de su salud para estar en óptimas condiciones física o de salud mental.
Miguel Montalvo, ginecólogo de los Centros de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat), asegura que para disfrutar de una salud integral la prevención, el diagnóstico y el tratamiento precoz son esenciales en la vida de cualquier mujer.
Montalvo dijo que la visita semestral o anual al ginecólogo es una estrategia muy eficaz, ya que mediante un simple interrogatorio y un exhaustivo examen físico se pueden detectar situaciones de salud potencialmente riesgosas, pero que atendidas tempranamente pueden prevenir males y enfermedades catastróficas.
“El ginecólogo es por esencia el profesional que acompaña a la mujer durante todas las etapas de la vida, por lo tanto, es importante olvidar esa vieja costumbre de que la visita al médico solo está destinada a las mujeres que tienen una vida sexual activa o que están embarazadas”, asegura el especialista.
Recuerda, además, que estos especialistas son de los pocos que tienen la valiosa oportunidad de detectar enfermedades que, en apariencia, no corresponden a su área, pero que pueden tener gran repercusión en la salud de la mujer, entre ellas, destaca, las cardiovasculares, las endocrinológicas y hasta las psiquiátricas, lo que permite referir a tiempo a las pacientes al especialista correspondiente.
¿Cuándo empezarla?
Para lograr una salud integral, la mujer debe acostumbrarse a visitar a un ginecólogo de confianza durante las diferentes etapas de su vida, empezando desde la adolescencia.
La mujer adolescente no tiene que padecer enfermedad ni haber iniciado su vida sexual para asistir por primera vez a este especialista.
“Es preferible que la primera visita ocurra antes de iniciar la actividad sexual, ya que así recibe la consejería necesaria para evitar embarazos no planificados o infecciones de transmisión sexual”, detalla Montalvo.
Después que ha iniciado la vida sexual, la adolescente debe asistir a la consulta ginecológica, por lo menos una vez al año, aunque no presente ningún síntoma, ya que existen infecciones que no dan manifestaciones, pero que pueden producir daños importantes a su salud sexual y reproductiva, como el virus del papiloma humano (VPH) o la clamidia, las cuales pueden ser detectadas con un simple Papanicolau o un cultivo, permitiendo tratarlas y evitar las complicaciones que pueden provocar.
En edad reproductiva
El ginecólogo detalla que la adolescencia concluye a los 19 años. A partir de ahí y hasta aproximadamente los 40 años la mujer entra en la etapa ideal para la reproducción, por esta razón debe conocer su estado de salud, no solo desde el punto de vista ginecológico, sino también cardiovascular, endocrinológico, hematológico y general, ya que si llegara a embarazarse con alguna dolencia no conocida podría complicarse.
La visita al ginecólogo con regularidad permite detectar infecciones, anemia, alteraciones hormonales, cambios en la presión arterial y sobre todo, cualquier anomalía en los órganos reproductivos, o sea, en el cuerpo y cuello del útero, ovarios y en el canal del parto, compuesto por los huesos de la pelvis, la vagina y la vulva. Si el ginecólogo detecta algo que no sea de su especialidad, referirá a la paciente a otro especialista, y cuando llegue el embarazo la situación será ya conocida y posiblemente esté controlada.
Montalvo concluyó: “Una visita periódica al ginecólogo durante toda la vida, la ayudará a la detección temprana de estas enfermedades y a mantener una verdadera salud integral”.
Periodo de la perimenopausia
Después de los 40 años, la mujer entra en el periodo conocido como perimenopausia, o sea, alrededor de la menopausia.
Antes de la menopausia la mujer debe realizar sus chequeos ginecológicos por lo menos una vez al año, con el fin de hacerse una citología cervical o Papanicolaou y el examen de las mamas, tanto físico como mediante mamografía y sonomamografía, pues a partir de esta etapa se incrementa cada vez más el riesgo de padecer cáncer mamario.
La menopausia o climaterio se inicia aproximadamente a los 47 años o cuando desaparece la menstruación definitivamente.
A partir de este periodo la mujer no debe dejar de asistir a la consulta ginecológica, por el hecho de no tener menstruación o no llevar una vida sexual activa.