Una hernia es una protrusión de las vísceras abdominales fuera de la cavidad abdominal que surge a través de un defecto natural o adquirido.
De acuerdo al doctor Rubén Rivas, cirujano general laparoscopista de Cedimat, la reparación de esta entidad es una de las operaciones más comunes en cirugía general, con un costo aproximado de tres billones de dólares por año en países desarrollados.
El registro más temprano que se conoce de una hernia inguinal data aproximadamente del año 1500 antes de Cristo.
En la antigüedad
Los antiguos griegos conocían bien las hernias inguinales, generalmente se utilizaban bragueros o vendajes para controlar la herniación. Luego otros autores introdujeron “«pasos” técnicos históricos, hasta llegar a lo que se entiende actualmente por reconstrucción herniaria, donde, con el pasar del tiempo, hemos tenido modificaciones en las técnicas para mejorar la calidad de vida y recuperación del paciente, hasta llegar a la reparación mínima invasiva o laparoscópica.
Tanto el paciente como el cirujano se enfrenta frecuentemente a las diversas preguntas como: ¿debo reparar o no la hernia inguinal? ¿Coloco o no una prótesis de malla? ¿Y si la coloco, qué tipo de malla se usa? ¿Es mejor la cirugía abierta o la laparoscópica? ¿Y si es laparoscópica, es mejor la técnica extraperitonal o la transabdominal?
Basado en estudios, trataremos de responder algunas de estas inquietudes.
¿Repararla o no?
Si el paciente refiere síntomas importantes siempre, debe operarse. Solo los pacientes con síntomas leves que presenten gran comorbilidad, ya sea edad avanzada con antecedentes cardiacos importantes, tales como insuficiencia cardiaca severa u otras entidades como enfermedad pulmonar obstructiva crónica o pacientes terminales por neoplasias, es recomendable diferir dicho procedimiento de acuerdo al riesgo beneficio.
Las consecuencias de no repararla, tendríamos la encarcelación o incarceración, es decir que un segmento de intestino se introduzca en la hernia y no pueda reducir, causando dolor intenso y riesgo de estrangulamiento que es cuando ese segmento encarcelado de intestino pierde vascularidad, provocando muerte de ese segmento con la consiguiente resección del segmento de intestino Esto aumenta la morbilidad y la mortalidad del paciente.
En lo que se refiere a colocar o no la malla. colocarla disminuye la recurrencia en un 2 por ciento. Sin embargo, cuando se realiza sin ella la recurrencia sube entre 5 a 10 por ciento. Por ende, colocarla es siempre la mejor opción.