Cuatro combatientes contra la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo fueron asesinados por esbirros del régimen.
Patria, Minerva y Maria Teresa Mirabal y Rufino de la Cruz perdieron la vida solo por aspirar a una República Dominicana democrática, donde imperara el sentimiento de libertad.
Ese crimen estremeció al país, especialmente el de las tres hermanas, pues demostró que la dictadura había perdido todo límite para cometer crímenes.
El sonido del vehículo cayendo al derricadero, lanzado por los asesinos, empezó a despertar la nación de tal forma que antes del año el tirano moría ajusticiado.
Hace 61 años del asesinato de las hermanas Mirabal y de Rufino de la Cruz.
Los que en verdad valoran el sacrificio de estas cuatro personas en pro de la democracia, tienen abierta una herida a ver como persisten dictaduras como la de Daniel Ortega en Nicaragua, la de Nicolás Maduro en Venezuela o el remanente catrisdta de Cuba.
La caída del régimen de Trujillo fue fruto del esfuerzo de dominicanos cansados de la tiranía y de la solidaridad internacional.
Lo mismo necesitan hoy Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Hoy recordamos la muerte de esos cuatro mártires, aspirando a que pronto la democracia llegue a Nicaragua, Venezuela y Cuba.
