El objetivo general de las organizaciones es lograr reunir en un mismo lugar y espacio varios individuos con capacidades distintas, para que trabajen con la visión de desarrollar el plan estratégico institucional.
En ese proceso de congregar a ese grupo de personas, se van dando situaciones que permiten a la empresa discernir cuáles recursos colocar en tal o cual puesto y cuáles desestimar; dado que su enfoque es procurar que, con sinergia y alto nivel de compromiso, los individuos accionen a la par con el marco estratégico diseñado. Y para ello, las organizaciones centran sus esfuerzos en elegir con cautela los recursos humanos idóneos para cada unidad o departamento.
Es en esta fase donde entra en acción la unidad de Reclutamiento y Selección, es la responsable de establecer la primera interacción con el candidato, por lo cual, su rol es garantizar a la institución la elección de un recurso apto en todo el sentido de la palabra. Y, una vez elegido el candidato, y dada la necesidad de las empresas de contar con un personal cualificado, se desarrollan programas con miras a guiar a ese nuevo integrante, para que pueda desempeñarse con excelencia y pueda proveer a la entidad los resultados esperados. En esta segunda fase entra la participación activa de la unidad de Inducción, Capacitación y Desarrollo.
Ambos procesos, tanto el de Reclutamiento y Selección como el de Inducción, Capacitación y Desarrollo, son de vital importancia para la institución, puesto que juntos constituyen las bases para fomentar la relación empleador-empleado. Una falla en algunas de estas primeras fases afectará considerablemente en ambos sentidos. Es por ello que se hace tan necesario llevar a cabo cada fase de manera exhaustiva, sin dejar de un lado los elementos que permitirán a la organización construir equipos de alto desempeño.
Las organizaciones necesitan un personal que esté enteramente comprometido y alineado a su visión; los empleados necesitan un ambiente laboral idóneo que les permita mantener un equilibrio entre su vida personal y laboral. En conclusión, ambas partes confluyen entre sí y una necesita de la otra para mantenerse en el mercado. De ahí la necesidad de apoyarse mutuamente y trabajar en conjunto bajo las directrices definidas y respetar los derechos y deberes que a cada uno concierne.