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Las enfermedades cardiovasculares incrementan en pacientes oncológicos

Desde la década de 1990 ha habido una disminución constante de la mortalidad relacionada con el cáncer reflejada en un aumento constante en la supervivencia de los pacientes con cáncer, en este contexto, los efectos secundarios relacionados con el tratamiento han ganado más importancia.

El considerable progreso realizado en el campo del tratamiento del cáncer ha llevado a una mejora dramática en el pronóstico de los pacientes oncológicos.

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Sin embargo, mejorarlo no es sólo curar el cáncer, sino prevenir, diagnosticar y tratar eficazmente las complicaciones derivadas de los tratamientos oncohematológicos.

Actualmente existe una creciente epidemia de enfermedad cardiovascular en estos pacientes durante y después del tratamiento.


Seledonia Martínez, cardióloga de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), señala que la frecuencia de problemas cardíacos es mayor en pacientes con cáncer que están recibiendo o han recibido tratamientos contra esa condición con un perfil de toxicidad cardiovascular conocido.

“La edad promedio de estos también está aumentando con el envejecimiento general de la población, lo que se debe en parte a la mejora de la supervivencia de las enfermedades cardiovasculares.

Por lo tanto, hay un número creciente de personas que acuden a los servicios de oncología y hematooncología no solo con un nuevo diagnóstico de cáncer, sino también con enfermedad o factores de riesgo cardiovasculares preexistentes.

Lo que plantea un desafío particular cuando se consideran tratamientos oncológicos basados en evidencia que mejoran la supervivencia, pero imparten un mayor riesgo de toxicidad cardíaca”, manifiesta la especialista.

Las toxicidades resultantes de los tratamientos representan un costo que puede ser perjudicial para los resultados a corto y largo plazo, siendo un gran desafío para los cardiólogos y oncólogos, ya que pueden comprometer el éxito del tratamiento óptimo contra el cáncer.

Causa y síntomas
La cardiotoxicidad secundaria a tratamientos oncohematológicos (quimioterapia y radioterapia) es el conjunto de enfermedades cardiovasculares derivadas de tratamientos oncohematológicos.

Su manifestación es variada e incluye el desarrollo insuficiencia cardíaca, enfermedad de las arterias coronarias (causante de infarto al miocardio), hipertensión arterial, arritmias, enfermedad valvular cardíaca, enfermedad tromboembólica venosa y pulmonar e hipertensión pulmonar, enfermedad vascular periférica y accidente cerebrovascular, complicaciones pericárdicas.

La especialista dice que frecuentemente se utiliza el término cardiotoxicidad como sinónimo de disfunción ventricular.

Dado que esta abarca un espectro más amplio de afectación cardiovascular, conviene hablar de disfunción cardíaca asociada a la quimioterapia para referirse a la afectación de la contracción del ventrículo izquierdo, dicha afectación representa una de las complicaciones más temidas por su impacto pronóstico en la esfera cardiovascular y oncológica, dado que limitan el arsenal terapéutico para el tratamiento del cáncer.

Complicación
Los fármacos quimioterapéuticos están relacionados, además, con aparición temprana de factores de riesgo cardiovascular como son la diabetes mellitus, hipertensión arterial y dislipidemia.

La insuficiencia cardíaca es una de las complicaciones más frecuentes y el diagnóstico requiere la evidencia de signos y síntomas típicos como son la disnea (sensación de falta de aire) aunado a una disminución de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo, lo cual se puede determinar mediante la realización del ecocardiograma, con modalidad de Strain, así como la determinación de biomarcadores sanguíneos cardíacos (troponinas y NT-proBNP).

Tipos de cardiotoxicidad
Martínez habla de los diferentes tipos de cardiotoxicidad, dentro de las cuales se encuentra la hipertensión arterial, la cual es la comorbilidad más frecuente en pacientes con cáncer, su incidencia y gravedad depende del tumor, del fármaco y de la coexistencia con otros factores de riesgo cardiovasculares.

Aquí podemos mencionar las arritmias cardíacas, la cual consiste en un latido irregular del corazón, ocurren cuando los impulsos eléctricos que coordinan los latidos no funcionan adecuadamente. Estas pueden hacer que tengas una sensación de aleteo o de corazón acelerado, algunas pueden ser inofensivas, mientras que otras ponen en riesgo la vida.

La más común en los pacientes oncológicos es la fibrilación auricular, la cual pueden desencadenar la formación de trombos (coágulos) a nivel cardíaco siendo esta una causa frecuente de trombosis cerebral. La cardiopatía isquémica; es la enfermedad ocasionada por el depósito de colesterol de las arterias coronarias.

En el paciente con cáncer la aparición de esta enfermedad suele deberse a secuelas de la quimio y radioterapia, lo que puede tener como desenlace el infarto al corazón.

Por último, tenemos la enfermedad tromboembólica venosa, la cual se define como la formación de un trombo (coágulo sanguíneo) en el interior de las venas, interrumpiendo la circulación normal de la sangre y causando diversas alteraciones.

Se puede manifestar como trombosis venosa profunda y tromboembolia pulmonar, dicha condición es 4 a 7 veces más frecuente en pacientes oncohematológicos.

El último tipo

— Casos
La especialista concluyó diciendo que la enfermedad tromboembólica venosa está presente en más del 20 % de pacientes hospitalizados con un proceso tumoral.

Recomendación
En vista de que los tratamientos oncológicos multiplican el riesgo de complicaciones cardiovasculares, es imprescindible la atención multidisciplinar del paciente onco-hematológico a través de programas específicos de cardio-oncología, atención que debe llevarse a cabo antes, durante y después de cualquier tratamiento oncológico.

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