Santo Domingo.- La elección del nombre de un hijo es un proceso cargado de emoción y, a menudo, de complejidad para los futuros padres. Aunque a veces la decisión es temprana y clara, en otros casos se posterga hasta el nacimiento para conocer el género del bebé.

Sin embargo, más allá del componente afectivo, el nombre tiene un impacto profundo en la autoestima, la percepción social y el desarrollo emocional del niño, según advierte la psicóloga Ángela Otazú López, docente de la Universidad Continental de Florida.

“El nombre es el primer paso para conectar con la identidad”, afirma Otazú López. Según la especialista, aspectos como la sonoridad, la carga simbólica y la facilidad de pronunciación influyen directamente en cómo el niño se percibe a sí mismo y cómo es percibido por su entorno.

Le recomendamos: ¿Qué tan determinante puede ser la primera impresión?

Desde una edad temprana, la sonoridad, la facilidad de pronunciación y la carga simbólica del nombre contribuyen a la construcción de la identidad personal y a cómo el niño se percibe a sí mismo y se siente en su entorno social.

Además, el nombre juega un papel crucial en cómo el niño es percibido por los demás. Un nombre demasiado popular puede diluir su singularidad, mientras que uno inusual podría exponerlo a burlas o exclusión.

«Optar por nombres extremadamente frecuentes o demasiado inusuales puede afectar negativamente la autoestima del niño, ya sea por falta de diferenciación o por riesgo de burlas y exclusión social», advierte la psicóloga en un artículo publicado en Infobae.

Evitar modas y presiones familiares: clave en la elección:

La psicóloga Ángela Otazú López enfatiza la importancia de dedicar tiempo y reflexión al proceso de elección del nombre, evitando la influencia de modas pasajeras o la presión de familiares. Un nombre dictado por tendencias momentáneas puede quedar obsoleto rápidamente, afectando la estabilidad emocional del niño. En su lugar, recomienda optar por nombres atemporales que resistan al paso de las generaciones y favorezcan una construcción sólida de la personalidad.

Asimismo, la experta subraya la necesidad de considerar el contexto social y cultural al elegir un nombre. La armonía entre el nombre y los apellidos refuerza el sentido de pertenencia y facilita una integración más armoniosa dentro de la comunidad.

Consejos para elegir el nombre ideal:

La psicóloga aconseja a los futuros padres tomarse el tiempo necesario para dialogar y explorar las opciones disponibles. «Tómense su tiempo, dialoguen, exploren significados y siempre piensen en el futuro del niño como individuo inmerso en una sociedad exigente», recomienda Ángela Otazú López. La experta invita a los padres a elegir con amor, pero también con responsabilidad, entendiendo que el nombre será, en muchos sentidos, el primer regalo de identidad que recibirán sus hijos.