La temperatura en la agropecuaria

La temperatura en la agropecuaria

La temperatura en la agropecuaria

Al Gobierno se le está abriendo un frente muy amplio en una de las áreas más sensitivas en el primer trimestre del año: el de los alimentos.

Cualquier carencia de servicios en los meses de enero, febrero y marzo suele tener una resonancia notable en la población, que como es de todos conocido, viene de un fin de año con abundancia festiva y de dinero con vocación de consumo, y al encarar una nueva jornada lo hace con las cuentas en rojo y la cartera vacía. Con razón se le conoce como la cuesta de enero.

En la población se está hablando de la escasez de plátanos, y su consecuente carestía, desde los primeros días del mes que concluyó ayer. A este hecho se le agregó el disgusto entre los granjeros por la prohibición de las exportaciones de huevos hacia Haití durante quince días.

Ahora, al ingresar en el segundo mes del complicado primer trimestre, surge tema con la importación de piezas de pollo desde los Estados Unidos de América debido a la presencia de gripe aviar en algunos estados, un hecho que obliga a ser previsores para no exponerse a un revés en este rubro.

En realidad este caso no se origina en una carencia interna o en una falta de previsión ejecutiva, sino en un factor externo, una contingencia que tiende a complicar una coyuntura de por sí excitada por la carestía, pero explicable.

Y aunque merecedora de atención, tampoco es razón para las precipitaciones el reclamo en el sector arrocero, preocupado por lo que puede pasar con ese renglón de la producción nacional una vez entre en ejecución la parte del tratado comercial con Centroamérica y los Estados Unidos, que levanta las barreras comerciales en un término de dos años.
Tanto ruido social originado en un sector tan sensible, debe ser atendido a tiempo.



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