La salud cerebral debe ser puesta en primer lugar para preservar la vida

Cada 22 de julio se conmemora el Día Mundial del Cerebro, una iniciativa promovida por la Federación Mundial de Neurología (WFN) desde el año 2014, con el propósito de sensibilizar sobre las enfermedades neurológicas y destacar la importancia del bienestar cerebral.
Este día es una oportunidad para reflexionar sobre el órgano que dirige todos los aspectos de nuestra existencia: el cerebro.
Edwina Luisanna Luna Rodríguez, neuróloga vascular-internista y coordinadora de la Unidad de ACV de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (CEDIMAT), comenta que pensamos, sentimos, nos movemos, soñamos, planificamos y recordamos gracias a su complejidad sin igual; sin embargo, a pesar de su importancia, el cuidado del cerebro ha sido históricamente descuidado tanto a nivel individual como en políticas públicas de salud.
Concepto integral
La salud cerebral es un concepto integral que va más allá de la ausencia de enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como el estado en el cual una persona puede desarrollar su potencial cognitivo, emocional y psicológico a lo largo de toda su vida.
La salud cerebral se construye desde la infancia y se preserva a lo largo del envejecimiento, siendo esencial para el bienestar individual, la productividad social y el desarrollo económico.
Destacando que el cerebro, aunque complejo, responde positivamente a pequeños cambios sostenidos en el tiempo. La prevención primaria debe comenzar desde edades tempranas.
Agrega que la neuroprotección también incluye hábitos como la meditación, escritura terapéutica, voluntariado y conexión con la naturaleza. Mantener una vida con propósito y metas personales tiene un impacto positivo directo sobre la salud cerebral.
Desde el punto de vista comunitario, es urgente implementar políticas públicas que promuevan espacios verdes, acceso a educación de calidad, campañas de alfabetización en salud, atención mental accesible y centros neurológicos especializados.
El Día Mundial del Cerebro no es sólo una fecha simbólica; es una plataforma para generar acción. Desde nuestra consulta médica, centros educativos y entornos laborales, todos podemos fomentar una cultura de salud cerebral. La prevención, la equidad en el acceso a la atención y la inversión en investigación neurológica deben ser prioridades.
¿Qué afecta al cerebro?
La especialista expresa que numerosos elementos influyen en el estado del cerebro, tanto para bien como para mal, citando la hipertensión arterial como el principal factor de riesgo para el ACV (accidente cerebrovascular) isquémico y hemorrágico. Seguido de la diabetes mellitus, ya que el exceso de glucosa daña las neuronas y acelera la atrofia cerebral, aumentando el riesgo de deterioro cognitivo y enfermedades cerebrovasculares.
Continuando con la dislipidemia (colesterol elevado), el tabaquismo, sedentarismo, obesidad, alcohol y drogas, estrés crónico, aislamiento social y bajo nivel educativo, así como la contaminación ambiental, explicando que la exposición prolongada a partículas finas (PM2.5) se ha asociado con mayor riesgo de demencia y ACV.
Según el Global Burden of Disease Study, la demencia afecta a más de 55 millones de personas en el mundo, cifra que se espera se triplique para 2050 si no se implementan medidas efectivas de prevención.
Prácticas que cuidan
- Mide y controla tu presión arterial regularmente.
- Mantén una alimentación neuroprotectora y limita el consumo de azúcares, grasas saturadas y ultraprocesados.
- Realiza ejercicio físico al menos 150 minutos por semana. La actividad física mejora la oxigenación cerebral, la neurogénesis y la plasticidad sináptica.
- Duerme bien. La falta de sueño afecta directamente la consolidación de la memoria, la atención y el estado de ánimo.
- Cuida tu salud mental.
- Estimula tu mente todos los días. El aprendizaje continuo fortalece las conexiones neuronales.
- Evita el tabaquismo y consumo excesivo de alcohol. Ambos hábitos están relacionados con una disminución del volumen cerebral y un aumento del riesgo de deterioro cognitivo precoz.
- Mantén una vida social activa. Compartir con familiares y amigos, participar en actividades grupales y sentirte parte de una comunidad favorece la salud emocional y reduce el riesgo de demencia.
- Protege el cerebro de lesiones físicas. Usa casco en bicicleta o motocicleta, coloca pasamanos en la ducha si tienes riesgo de caídas y evita actividades riesgosas sin protección.
- Consulta al neurólogo si notas cambios. Pérdida de memoria, alteraciones del lenguaje, debilidad súbita o trastornos del equilibrio deben ser evaluados con prontitud.
Estas acciones, aunque sencillas, son poderosas. Son los pequeños hábitos diarios los que construyen un futuro cerebralmente saludable. Cuidar el cerebro es una inversión que mejora la calidad de vida, prolonga la independencia funcional y favorece el bienestar colectivo.
LLamado
— Compromiso
La neuróloga vascular-internista hace un llamado a reconocer la importancia de la salud cerebral. Aconseja: “Comprometámonos con su cuidado y promovamos entornos que permitan a cada persona alcanzar su máximo potencial cognitivo”.
Salud digital y tecnología: ¿riesgo o aliado?
En la era digital, la exposición constante a pantallas, redes sociales y multitarea puede afectar la atención, la memoria y el sueño. Sin embargo, la tecnología también puede ser una gran aliada.
Existen aplicaciones para entrenamiento cognitivo, seguimiento de síntomas neurológicos, acceso a terapias virtuales y difusión de contenido educativo.
El uso consciente y regulado de estas herramientas puede fortalecer la autogestión y la educación del paciente.