“La pesca milagrosa” en Oviedo, cuando el mar bota cocaína

“La pesca milagrosa” en Oviedo, cuando el mar bota cocaína

“La pesca milagrosa” en Oviedo,  cuando el mar bota cocaína

Oviedo, Pedernales.-Oviedo (de la provincia de Pedernales) es el municipio más al sur de República Dominicana y por lo tanto el más cercano de las costas caribeñas de los países suramericanos Colombia y Venezuela, que son a su vez de donde más cargamentos de cocaína salen con destino a los grandes mercados y que usan el territorio nacional como puente.

La pobreza ha sido el denominador común de sus poco más de cuatro mil habitantes, que han logrado sobrevivir gracias a la pesca tanto en el mar como en su hermosa laguna.

Rubén Darío Paulino Sem, Julio César Souffront y Edwin Dominici.Foto:Nicolás Monegro

Rubén Darío Paulino Sem, Julio César Souffront y Edwin Dominici.Foto:Nicolás Monegro

Sin embargo, en Oviedo no solo se pescan especies marinas. Los pescadores se hacen a la mar o pasan días caminando en las playas con la esperanza de dar un golpe de suerte y realizar lo que ellos llaman como “la pesca milagrosa”.

Por supuesto,   este nombre nada tiene que ver con el pasaje bíblico en que Jesucristo instruyó a sus apóstoles a tirar las redes donde momentos antes no habían podido conseguir  ni un pez.

En busca de la coca perdida

En Oviedo el milagro nada tiene que ver con peces, sino con encontrar  los paquetes de cocaína que pierden o tiran en el mar los narcotraficantes que utilizan esa vía para transportar las drogas desde Suramérica hasta territorio dominicano, para desde aquí mandarla a Estados Unidos o Europa.

Años atrás los campesinos de la zona no sabían de qué se trataba esa mercancía. Una de las anécdotas que se cuentan es que unas mujeres encontraron varios paquetes de drogas  y pensaron que era detergente, pero cuando empezaron a lavar se sintieron decepcionadas porque no hacía espuma y tiraron a la basura varias cubetas de lo que realmente era cocaína.

Espera paciente

Hoy no es así, ya las personas de la zona salen a la playa a esperar que el mar “les mande una paca”, la cual podrían vender y hacer una pequeña fortuna con la cual poner un negocio de pueblo y producir dinero de manera más consistente.

Un residente de la zona contó a EL DÍA que quienes se dedican a esta actividad de manera más usual suelen durar varias semanas y hasta meses instalados en la zona costera a la espera de “ladrillos de cocaína”.

La rutina es cruzar primero la laguna de Oviedo por la parte que se llama “El Caño”, que es la más bajita, y llegan hasta la playa.

La primera en la que suelen instalarse es “San Luis”, una playa de 16 kilómetros de hermosa arena y que permanece relativamente virgen.

Los paraderos

Los que andan tras una “pesca milagrosa” la recorren una y otra vez en busca de “su suerte”. Allí hacen ranchos de palmas para guarecerse y dormir ocasionalmente. Ya hay quienes tienen fijo su “paradero”, que es como le llaman a los lugares donde instalan los ranchos.

Luego suelen ir a playa Mosquea, dividida de la anterior por cabo San Luis. Sus 14 kilómetros de arena son recorridos una y otra vez por quienes buscan encontrarse con algo de cocaína. “Tú los ve  caminando de un lado a otro como si fueran locos, pero es que nadie sabe por dónde saldrá la mercancía”, explicó el oriundo de Oviedo que prefirió que su nombre se mantenga bajo reserva.

Los arrecifes ‘milagrosos’

El otro lugar, que según los moradores de la zona es por donde más droga “bota  el mar”, es en Bucan Planzo, una playa con muchos arrecifes y pozos de agua dulce, que  por lo agreste es utilizada con frecuencia por los narcotraficantes para descargar las drogas.

Eso también hace que sea en los alrededores de este punto donde más drogas pierden los narcos, que también suelen tirarla al mar cuando son detectados por unidades de la Armada Dominicana o la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD).

Fue justamente en este lugar donde a principios de septiembre  un grupo al servicio de narcotraficantes atacó  un helicóptero de la DNCD para impedir que interceptara un cargamento de cocaína.

En esa oportunidad las autoridades   decomisaron 450 kilos de cocaína, pero se sabe que una parte del cargamento fue lanzado al mar y no fue recuperada por las autoridades.

“En esos días la gente estaba ansiosa, porque pensaba que podían encontrar parte de esa droga, pero al final los que se dedican a eso tuvieron que alejarse porque la DNCD y el Ejército Nacional se mantuvieron patrullando todo el tiempo”, explica el joven que ha visto a personas conseguir dinero por esta vía y perderlo.

Zona de vigilancia

En vista de que los narcotraficantes han vuelto a preferir la vía marítima para introducir al país su mercancía ilegal, la zona de Oviedo, en Pedernales, se ha convertido nueva vez en un punto de preocupación para las autoridades antinarcóticas dominicanas.

Por tal motivo La Dirección Nacional de Control de Drogas, la Armada de la República Dominicana y el Ejército reforzaron los controles, instalando una especie de punto de vigilancia en el distrito municipal de Juancho, colindante a las playas de Oviedo donde se producen las ya famosas “pescas milagrosas”.

En el lugar la Armada inauguró un destacamento dotado de  15 agentes, motores, camioneta y una lancha,  además se anunció  que a los pescadores que no tengan matrícula se les otorgará gratuitamente y se les pintarán sus embarcaciones  de color naranja, para cuando haya un problema sean identificadas con facilidad.

Los  cuerpos armados realizaron durante el fin de semana un amplio operativo social en Juancho   para interactuar con los residentes del lugar.

Estuvieron en el lugar los jefes del Ejército, la Armada y la DNCD, los mayores generales Rubén Darío Paulino Sem, Edwin Dominici y Julio César Souffront Velázquez, respectivamente.



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