Es increíble la consistencia personal de Aramis Ramírez.
La forma de ser de Aramis puede engañar a cualquiera, ya que tiene una personalidad muy intrínseca. Conozco a Aramis desde niño, ya que tuve la oportunidad de dirigirlo en la liga La Javilla del fenecido Vivo Carmona.
Por momentos lucía que estaba desconectado del juego. Por momentos llegué a pensar que no le gustaba el béisbol, sin embargo, en los momentos apremiantes demostraba que era el más enfocado y resolvía como nadie.
Esa misma forma de ser la mantiene consigo.
Por esa razón dudo que llegara a tener inconvenientes con el instructor de bateo Rudy Jaramillo, a quien conocí en los entrenamientos mientras estaba con Texas, y sé que es una persona muy sencilla, pero Aramis tiene su forma y para llegarle hay que entenderlo. La forma de Aramis es tan compleja que incluso le hizo saber a la periodista Carrie Muskat, de la AP, que tiene una rutina diferente a todos los jugadores, incluso no va a la jaula de bateo todos los días. Y le dijo que eso no fue por Rudy, sino porque es así.
En su manera natural le señaló que sabe lo que tiene que hacer para estar listo para el juego. Tengo casi 12 años en Grandes Ligas, el 99 por ciento del tiempo sé cuando lo que estoy haciendo mal, declaró Aramis, y añadió: "Rudy puede ayudar, pero soy yo quien va al plato y tiene que hacer los ajustes.
Durante su carrera, Aramis ha sido un jugador muy sólido, incluso sólo ha militado para los Piratas y los Cachorros, con los que se ha ganado en salario US$87,285, 000 y en la próxima va a la última temporada del contrato que por cinco años y US$75 millones pactó con los Cubs. Aramis está consciente del compromiso que tiene para mantenerse en la élite.
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