Finalmente el Consejo de Seguridad de la ONU ha emitido una resolución en la que aprueba el envío de una misión militar a Haití con fines pacíficos, que no son otros que los de poner fin a la inseguridad derivada del negocio del secuestro y el control de las bandas armadas sobre gran parte del territorio haitiano.
La decisión del Consejo de la ONU ha sido recibida como una buena noticia en República Dominicana. Y tal vez debiera decirse que también en Haití, o por lo menos en Puerto Príncipe, donde tiene su sede el Poder Ejecutivo de aquel país, a pesar de que en el momento en que se escribía este editorial todavía no contábamos con una reacción del primer ministro Ariel Henry.
Presentada como una propuesta de los Estados Unidos de América y Ecuador, la resolución fue aprobada con 13 votos a favor y las abstenciones de Rusia y China.
La misión internacional supuesta a estar disponible para hacerse efectiva a partir de enero tiene como objetivo fortalecer las capacidades de la Policía Nacional Haitiana a través de operaciones conjuntas para combatir las pandillas y mejorar la seguridad en Haití, así como asegurar lugares críticos como aeropuertos, puertos y vías públicas.
Al presidente Luis Abinader, quien respondió preguntas en el encuentro de la tarde de este lunes con periodistas y otros agentes informaciones y opinión sobre la decisión de la ONU, le parece una decisión importante y manifestó su confianza en la experiencia de Kenia en el liderazgo de intervenciones del tipo de la que tendrá lugar en Haití.
Esta es, sin duda, una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU que corona grandes esfuerzos de la diplomacia dominicana, que en muchos casos contó con la participación directa del presidente Abinader en la motivación para una asistencia efectiva de la comunidad internacional con Haití.
Resta esperar la concreción de la asistencia militar y el aprovechamiento de esta oportunidad por el vecino país.