La obesidad es una enfermedad crónica compleja, que se produce al acumular una cantidad excesiva de grasa corporal.
Más allá de sus consecuencias estéticas, se debe tener claro que se trata de un problema de salud grave, que aumenta el riesgo de patologías como hígado graso no alcohólico, diabetes mellitus, resistencia a la insulina, hipertensión, enfermedad coronaria y ciertos tipos de cánceres.
Estebanía Contreras de Ferreras, nutrióloga de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), explica que dentro de las causas están, malos hábitos de alimentación, exceso de alimentos ricos en grasas saturadas y azúcares refinados, pobre en nutrientes y ricos en calorías vacías.
Asimismo, el sedentarismo y la falta de actividad física hace que no se consuma el exceso de calorías ingeridas en la dieta, sostiene Contreras.
“De la misma manera la obesidad también puede ser genética, la presencia de sobrepeso se transmite por herencia de un grupo de genes, que predisponen a esa condición.
En los factores socioculturales existen lugares donde el ser obeso simboliza vitalidad y salud, pues, el individuo obeso se caracteriza por un balance energético positivo, una eficiencia termodinámica elevada con hiperinsulinemia y resistencia a la insulina”, indicó la médico.
República Dominicana
La médico nutrióloga señala que en la República Dominicana los resultados de un estudio realizado durante los meses de mayo a julio de este año 2021, con una muestra de unas 7,497 personas que asistieron a las jornadas preventivas realizadas por Salud Pública a escala nacional, detectaron que el 70.1 % de la población presenta sobrepeso u obesidad, mientras que en referencia al índice de masa corporal se determinó una prevalencia de obesidad de un 33.6 % y de sobrepeso un 36.5 %.
De igual manera, puntualiza que otros factores que se deben abordar para evitar la obesidad son el sueño, el estrés y la ansiedad. “Por una parte se debe cuidar la duración y calidad del sueño, dormir poco se relaciona con exceso de peso.
El manejo del estrés y la ansiedad son fundamentales y se deben buscar estrategias como técnicas de relajación, organización de tiempos, descansos adecuados, distribución de responsabilidades a nivel familiar y actividad física, entre otras, que permiten manejar de forma más adecuada estos factores que predisponen a la ingesta excesiva de alimentos”, resalta Contreras.
Además, la actividad física debe ser parte de las rutinas diarias al nivel familiar, mantenerse en movimiento es clave para conservar un peso saludable, prevenir diversas enfermedades y obtener múltiples beneficios, físicos y emocionales, entre otros, enfatiza la especialista al referirse al tema.
Prevención
La prevención de la obesidad debe comenzar desde etapas tempranas de la vida, garantizando un buen estado nutricional durante la gestación, no solo para la madre sino para el embrión y el feto.
La calidad de la alimentación periconcepcional, especialmente en las concepciones limitadas que producen niños con bajo peso para su edad gestacional, se ha relacionado con una mayor frecuencia de aparición de patologías crónicas en la edad adulta que forman parte del síndrome metabólico, plantea la nutrióloga.
Dieta mediterránea
Añade que las características básicas de la dieta mediterránea configuran un perfil dietético que permite contribuir a controlar el peso y que entran de lleno en los aspectos clave para una dieta adecuada y de reducción de peso.
Para conseguir un equilibrio energético adecuado debe estimularse la práctica habitual del ejercicio físico, ya que el gasto por actividad física ha disminuido de forma considerable en las últimas décadas.
La práctica habitual de ejercicio físico de intensidad moderada (caminar a ritmo ágil durante 30 minutos al día), contribuye a prevenir el riesgo cardiovascular y la obesidad.
La nutrióloga explica que existen muchos factores que alteran y hacen que el paciente desista de mantener una buena alimentación, provocando así, un daño a largo plazo y con ello se contempla la posibilidad de complicaciones mayores. Por ello se recomienda más educación nutricional a los pacientes, proporcionada por su médico nutriólogo.
Opciones más saludables para la dieta
Es importante elegir opciones más saludables para su dieta y consumir alimentos tales como frutas, verduras e hidratos de carbono, provenientes de cereales integrales.
Asimismo, escoger fuentes magras de proteína como frijoles, lentejas, soja y carnes magras. Si le gusta el pescado, debe tratar de consumirlo dos veces por semana.
Limitar la sal y la azúcar agregada. Preferir pequeñas cantidades de grasa y asegurarse de que provengan de fuentes saludables para el corazón, como los aceites de oliva, aguacate, canola y los frutos secos. Desconfíe de las soluciones rápidas.
Las dietas de moda que prometen una pérdida de peso rápida y fácil pueden ser tentadoras, pero la realidad es que no existen alimentos mágicos ni soluciones rápidas.