La nueva ansiedad: El dólar

La nueva ansiedad: El dólar

La nueva ansiedad: El dólar

Frederich E. Bergés

El presente estado de epidemia y encierro provocado por el virus Covid-19 nos ha ido creando a lo largo de los últimos meses diferentes estados de ansiedad, comenzando por el temor del contagio y los tratamientos médicos requeridos por este.

Así mismo el propio encierro también nos trae ansiedades, tanto por la disminuida capacidad económica individual como por el incesante bombardeo político que aprovecha los temores y necesidades.

A todo lo anterior aparece en el escenario lo que se ha entendido como la inestabilidad de la tasa de cambio del peso frente al dólar, visto las abruptas devaluaciones presentadas en semanas recientes.

Aun cuando la tasa oficial de cambio para la compra y venta es alrededor del 55.58 y 56.66 respectivamente, y los bancos comerciales ofrecen al 57.85, muchas son las quejas de que no hay disponibilidad para satisfacer la demanda a esas tasas. Informaciones del mercado libre indican que la misma está más cercano al 59 por 1, y hasta más.

Las razones de esta situación son ampliamente conocidas. La pandemia global del coronavirus ha paralizado el viaje entre países, con lo cual colapsa momentáneamente el turismo.

En adición, la situación de parálisis en la mayoría de las ciudades donde residen dominicanos en el extranjero también está colapsada, disminuyendo con ello sensiblemente la capacidad de generar remesas hacia el país.

Finalmente, una demanda disminuida en los mercados internacionales afecta nuestras exportaciones, y con ello también, la generación de divisas.

Sin embargo, las reservas internacionales del Banco Central andan por los US$8,600 millones.

A esto se le agregan créditos nuevos entre el FMI, el Banco Mundial, el BID y otras entidades multilaterales por aproximadamente unos US$1,200 millones, en adición a las facilidades anunciadas por la Reserva Federal Norteamericana.

Con tales disponibilidades, el común de los ciudadanos no entiende cómo se está dejando propagar este nuevo factor de ansiedad de la inestabilidad cambiaria.

Luce que ya es tiempo de que el doctor responsable de remediar esta situación realice una intervención más vigorosa con los medicamentos que tiene a mano para evitar que un catarro se convierta en una nueva epidemia.



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